___________ abre la maleta, puesta sobre la cama. Busca a continuación, una muda de ropa para Elisabeth. El vuelo hasta aquí nos ha cogido de noche y afuera hace algo de frío.
- ¿Emily por casualidad es narcotraficante? – enarco una ceja, mirando a _______, que pone los ojos en blanco y niega con la cabeza. – bonita casa, ya has venido aquí ¿verdad?
Ella vuelve a sonreír, como si en su mente estuvieran pasando muchísimos recuerdos divertidos de la infancia. O de la adolescencia. Lo que sea, hace que me tense un poco. Especialmente al imaginarme la segunda opción como una posibilidad peligrosa.
- Vinimos aquí por sus dieciséis. - _________ se acerca a mí, abre los brazos y Elisabeth cae sobre ella. La sienta sobre la cama y empieza a desnudarla. – Ella, un grupo de amigos, sus padres y yo.
- ¿Un grupo de amigos?
Y ahí está. Joder. Me lo imagino todo. Sé que __________ no ha sido el tipo de adolescente que fui yo a los dieciséis, pero de todas formas me preocupa. Hombres, dieciséis años, Malibú, una casa de puta madre…
- ¿Amigos hombres? – pregunto sin expresar muy bien mi preocupación. Maldita sea, ¿por qué estoy preguntándole estas cosas?
__________ enarca una ceja, mirándome divertida. Ha terminado de vestir a Eli y se ha acostado sobre la enorme cama de invitados donde dormiremos los próximos tres días. Eli empieza a jugar con un muñeco de Patricio, de Bob esponja, totalmente distraída.
- Ajá… - canturreó ________. Sonriéndome. Tiene puesto un vestido de flores que le queda de lujo y deja ver sus piernas. Y más ahora, que está acostada sobre la cama, con las piernas enredadas. Mi lengua moja mi labio inferior, mientras miro con curiosidad todo su cuerpo.
- ¿Me fuiste infiel a los dieciséis?
- ¡No te conocía!
- Oh vale. – levanto los hombros y camino por la lujosa habitación, en dirección al balcón amplio que se expande tras las mamparas. El mar está tranquilo y corre aire del típico ambiente de la costa. Me quedo mirando en la mampara, escuchando los pasos de _________ descalza tras de mí.
- No puedo creer que estés molesto.
- No estoy molesto.
Y ni siquiera sé que demonios tengo. Trago saliva. Solo cuando _________ enreda sus manos tibias entre mi cintura, puedo notar lo tenso que estoy. Y llevo nervioso desde que hemos partido de New York. Y estaré nervioso hasta que estos tres días hayan pasado. Y estaré nervioso hasta que todo haya salido como planeé.
- ¿Entonces? – me pregunta, acariciando sus labios contra mi oído. Mi piel se eriza. Y mi cuerpo se pone a su disposición. Han pasado tres años y sigo tensándome muchísimo cuando me toca de esa manera.
- No lo sé. – vuelvo a levantar los hombros. Por un segundo logro saber que me está pasando, pero llego a pensar que no podré decírselo con facilidad.
Cojo sus manos y la hago posicionarse delante de mí. Su rostro está preocupado, como si buscara una respuesta concreta dentro de mi expresión. Pero no puedo dártela, preciosa, todavía no.
- ¿Estás bien? – me pregunta con seriedad.
- Soy muy idiota, eso es todo.
Ella pone los ojos en blanco.
- Sé que te pasa algo. – susurra, acercándose a mí lo suficiente como para rozar sus labios contra los míos. Su respiración llega a la mía. Y puedo sentirla moviéndose sobre mi boca, aún sin besarme. Me excita tenerla de esa manera, y todavía no logro entender cómo lo hace.
- Digamos que… hay ciertas cosas que vas entender en estos días. Estoy un tanto tenso, es todo.
- ¿Qué voy a entender? – frunce el ceño y se separa de mi rostro.
- ¿Quieres saberlo? – enarco una ceja, mojo delicadamente mis labios con la lengua. Y ella la mira. Mira mi lengua y eso solo me hace pensar cosas muy…muy malas. – Acércate. – le pido con la voz ronca. Ha salido de mí y es solo una demostración de lo caliente que me tiene. __________ se aproxima a mí, colocando su oído en mi boca.
La veo cerrar los ojos al sentir mis labios cerca. Aparto su cabello y junto sus caderas con las mías. __________ suelta un gemido suave.
- ¿Qué voy a entender? - pregunta casi en gemidos.
- Cosas. – susurro contra su oído. Y cuando regresa a mirarme decepcionada, la cargo, colocándola entre mis brazos, y haciéndola gritar por la sorpresa. Se ríe, mirando a Elisabeth, que también ríe al ver a su madre en mis brazos, como una niña pequeña.
- ¡Bájame! – grita _________ moviendo las piernas. Mirarla me hace reír más.
- Tu madre está loca. – pongo los ojos en blanco, hablándole a Eli, que ríe conmigo. Y paso a mirar a _______, que se ha quedado callada. – eres una niña sexy.
- Bájame ahora.
- ¿Sabes? Me he dado cuenta que ahí abajo hay una piscina.
- Y eso… ¿eso qué?
- Podemos hacer el amor ahí.
____________ abre los ojos y me golpea un brazo con la mano.
- ¡Elisabeth está aquí! – señala y pasa a golpearme de nuevo. Pero sus golpes solo me hacen reír, y a ella también.
- Es momento de probar nuevos lugares.
- Tú estás mal de cabeza.
- Es tu culpa, Peterson.
- ¿Crees que voy a ir y estar desnuda en esa piscina con Chaz y Travis aquí? – dice totalmente convencida de que jamás lo haría. Su rostro es divertido.
- ¿Crees que los dejaré verte desnuda? Estarán dormidos, los doparé, haré algo, eso es lo de menos.
Ella suelta una carcajada y mientras ríe, la pongo sobre el suelo otra vez. Ni siquiera siente que la he soltado. Se acomoda el vestido, pero me ha dejado ver su escote mientras la he tenido cargada. Y lo he disfrutado bastante.
- ¿Lo haremos? – pregunto, mirando sin disimulo alguno, el escote que otra vez está ante mis ojos. Mi boca se hace agua y mi lengua se mueve.
- Solo si prometes que nadie nos verá.
+++
Emily movía las manos mientras hablaba sin parar, síntoma principal de su nerviosismo. Entornaba los ojos de vez en cuando y se detenía solo para tomar aire. Había algo en sus ojos que demostraba más que solo amabilidad, sino más bien algo más fuerte. Y era tal vez por el hombre que le escuchaba. El que tenía al frente. Con una mochila pequeña en el hombro, músculos en el cuerpo y tatuajes en los brazos. La miraba hablar y se fijaba más en su boca, que en las cosas que ella le decía. Sin embargo fingía prestarle atención a cada letra que salía de los labios de Emily.
- Y si necesitas algo más, solo dímelo. La casa es bastante grande, y si no te gusta esta habitación…
- Me gusta. – habló por fin él. Su voz hizo que el ambiente cambiara. Emily se quedó callada y tragó saliva. Los magníficos ojos azules de ese hombre la miraban intensamente, que hasta podía sentir el calor que estos transmitían. Era muy fuerte.
- Uhm… bueno, genial entonces. – ella soltó un suspiro, acompañado de una sonrisa nerviosa. Dejó caer los hombros. – estaré en mi habitación. – dice sin mirarle.
- ¿No ibas a dormir conmigo?
Las palabras de Travis dejaron a Emily en un completo estado de shock. Sus manos empezaban a sudar, al mirarle, su corazón palpitó todavía más. ¿Era posible? Su mirada decía todo lo que sus actos podían demostrar, y que… ya habían demostrado en días anteriores. Las cosas entre ambos estaban pasando desapercibidas ante los demás, pero internamente, solo ellos sabían que era todo lo contrario.
- No creo que sea buena idea…
- ¿Por qué no? – Travis enarcó una ceja. Se pasó la mano por el pelo y estiró el brazo derecho para dejar caer su mochila sobre el suelo. La mirada de Emily siguió cada movimiento que él daba. Teniendo miedo en su interior, una vez más.
- Porque…
- Quiero dormir contigo, Emily.
Ella tragó saliva. Deseaba con toda su alma negarse. Y es que ambos eran tan diferentes. Y ella todavía no podía aceptar que estaba completamente enamorada de ese tipo. Todavía le costaba reconocer que Travis no se había equivocado la primera vez que la vio, ni ella tampoco, y supo por primera vez que las cosas serían así siempre, que se obsesionaría con él tanto como lo hizo, y que ese momento, en una playa de California, estarían a punto de besarse de nuevo.
Sus ojos azules resplandecían al igual que sus labios rosados y carnosos. Su corazón palpitaba con un ritmo regularmente raro. No había sentido esto antes, ni con ________ ni con nadie. Y no quería meditar el por qué de muchas cosas que habían pasado en su vida. Solo veía un sentido ahora, y se basaba más que en solo pasar su vida en una mafia o vivir obsesionado con alguien. Se basaba en Emily Prescot, que deseaba con todas las malditas fuerzas de su alma.
- Vale, entonces… dormiré en ese diván… - Emily señaló con los ojos, el diván que adornaba la habitación en la que Travis dormiría. Y este no dejaba de mirarla. El sentido de su mirada había cambiado de dirección. Estaba excitado. Muchísimo. Y solo le había bastado hablarle para que aquello sucediera. – Tú aquí, y yo…
Su voz se detuvo cuando la boca de Travis se juntó con la suya en un beso desesperado. Ella tampoco se hizo para atrás, al contrario, posó sus brazos sobre los hombros de Travis y dejó que él la tocara por donde sus manos ordenaran. Estaba a su disposición. Era suya. Completamente suya.
Hace varios meses que las cosas iban en ese nivel. Desde el coma de Travis y la desaparición de este por unos meses, Emily había intentado contactarlo de todas las maneras posibles. No sabía que había pasado con él, pero lo peor de todo es que no sabía que había pasado con ella… había adquirido un tipo de obsesión con él. Quería verlo. Quería verlo de todas formas. Hasta que un día, este llegó a las puertas de su casa, sin avisarle a absolutamente nadie de su llegada y se quedó en casa de Emily hasta el amanecer. E hicieron el amor hasta el amanecer. Sin parar ni un solo segundo. Era como si ambos hubieran estado obsesionados el uno por el otro y que aquello había explotado esa noche. Y las siguientes noches también. Volvían a verse. Y nadie sabía absolutamente nada. Solo ellos sabían lo que estaba pasando y eran conscientes de lo que poco a poco estaban creando. Hasta llegar a pensar en algún momento, que aquello no era solamente una obsesión…
- Tr…Tra…Travis… - gimió Emily. La lengua de Travis lamía entre su pecho y sus senos. Su respiración agitada era tan acogedora, sexy, masculina… ella podía jurar que podía escucharlo gemir por el resto del día y no estaría mal. – después ¿vale?
- Te quiero ahora. – respondió él. Su rostro estaba tenso, al igual que cada parte de su cuerpo. Emanaba dureza, sensaciones por doquier y mucha dominación. Solo hace unos meses había descubierto lo enamorado que estaba de ella y había prometido que esta vez la historia sería diferente. Nadie le quitaría a su chica esta vez. No volverían a… no volvería a romperle el corazón.
- Y yo, pero…
- Vale, lo sé. Es tu casa y tienes visita, pero prométeme que dormirás conmigo.
Ella asintió y no pudo evitar soltar una sonrisa. Lo miró levantarse de la cama y recoger su mochila del suelo. Sacó de ella una toalla azul que olía muchísimo a él. A su olor fuerte y masculino. Emily se mordió un labio. Se imaginó entonces lo que esa toalla cubría en el cuerpo de Travis. Y no supo exactamente si lo que sentía eran celos…
- Tomaré una ducha. – le dio una última mirada a Emily y se metió en el lujoso baño personal de la habitación. – Wow… - dijo admirando el interior. – Aquí hay bastante espacio para dos.
+++
Después de una hora, el cielo se había oscurecido por completo en Malibú. En cambio, ahora corría un viento suave que entraba hasta los huesos. La temporada era buena para unos días de playa, pero definitivamente en la noche las cosas cambiaban.
__________ se metió en la cocina de la residencia. Conocía muy bien ese lugar. Había pasado varias temporadas viviendo ahí con Emily cuando ambas eran todavía un par de adolescentes. ¿Quién iba a decir que estuvieran ahí, después de tanto tiempo? Las cosas entre ellas no habían cambiado y eso le gustaba bastante. Era su mejor amiga, y aunque nunca había sabido nada respecto a Tentation, sabía que en algún momento tendría que contarle la historia.
Afuera se escucharon varios pasos de alguien bajando por las escaleras de caracol, y pocos segundos después, una rubia despampanante apareció en la cocina. Tenía los ojos marrones y parecía sacada de una película de universitarios. Estaba incluso bronceada y tenía un piercing en el ombligo. Además de eso, también tenía buenas piernas, culo y todo lo demás. Y en la cabeza de ___________ solo cabía una sola pregunta: ¿Quién era esa zorra?
- ¡Hola! – saludó amablemente. Su voz era algo chillona, pero tenía una sonrisa realmente bonita. – siento no haberme presentado en el aeropuerto, no me sentía nada bien. Soy Vanessa, novia de Chaz.
___________ abrió la boca, asintiendo, recordándola. Chaz no había presentado a su novia a nadie y ahora entendía más o menos por qué.
- Oh, hola, soy ______ Peterson.
- ¿Sales con Justin?
____________ hundió la cara, un poco sorprendida.
- Sí…
- Ah, es que Chaz me ha contado bastante sobre ustedes. – dijo Vanessa, otra vez con una sonrisa sofocadora. Ahora que la veía con otros ojos, parecía más bien una chica un poco ingenua. Quizá solo era el buen rato de Chaz. Conocía un poco a ese chico y podía deducir que seguramente se trataba de eso.
Varios pasos más volvieron a escucharse. Alguien parecía correr por el pasillo.
- ¡Tengo que contarte al… - Emily frunció el ceño al ver a la rubia despampanante en la cocina de su casa. Y la misma sensación de inseguridad y celos se pasó por su mente.
- Vanessa, ella es Emily. Emily; Vanessa.
Ambas se saludaron con la mano.
- Es la novia de Chaz. - _________ hizo énfasis al mencionar a Chaz.
- Oh… - Emily asintió, mirando a la rubia jugar con uno de los adornos de su refrigerador. Parecía más bien una niña.
- ¿Qué querías contarme?
- No… en otro momento.
- Vamos, suéltalo.
- ¡Es que es algo serio! – Emily no pudo evitar sonreír al saber el propio sentido de sus palabras. – Pero no quiero que te cabrees cuando te lo cuente ¿vale?
- Sí, ya, no voy a enfadarme. – respondió _______, expectante. – espera, ¿por qué tendría que cabrearme?
- No sé, es que… supongo que debí contarte algo.
- ¡Joder, estás saliendo con alguien! - _________ abrió los ojos. Emily entreabrió los labios ante la deducción de su amiga. ¿Cómo lo sabía? ¿Se notaba mucho?
- ¿Te has molestado?
- No puede ser que no me lo hayas contado.
- Oh, nena. ¿Te hago recordar la noche que pasaste con Justin? Ni siquiera lo conocías y…
- ¡Shhhh! - _________ puso un dedo sobre sus labios. Vanessa todavía parecía perdida en su propio mundo, chequeando su móvil. Solo les sonrió cuando observó que ambas alzaban la voz. – fue diferente ¿vale?
- Nunca me dijiste que te ibas a acostar con él.
- Emily, todo Malibú te escucha.
- Sabes que es la verdad, nena.
- ¿Qué tiene que ver? ¿Acaso tú…? Oh Dios, ¿te has acostado con alguien que no conocías?
- Sí lo conozco. – Emily tragó saliva.
- ¡Dime quién es ese gilipollas!
Ese momento, varios pasos, gritos y risas se escucharon bajar por la escalera de caracol. Tres hombres bajaban de ellas. Justin empujó a Chaz, y Travis le dijo algo que solos los tres pudieron entender y unieron todas las risas en un mismo comentario. Los tres cubiertos de tatuajes. Los tres sin ninguna camisa que les cubriera el pecho. Los tres con un pasado que habían dejado a un lado, para vivir lo que ahora les mantenía vivos.
La relación de Justin y Travis había mejorado en el transcurso del viaje. Quizá era porque Travis había empezado a demostrar otro tipo de interés con __________. Seguía siendo esa persona que lo daría todo por ella, pero conocía sus límites. Además de todo eso, ambos habían tenido una conversación bastante sincera que incluso terminó con varias cervezas demás. Las cosas estaban relativamente bien. Podían pasar tiempo en un mismo lugar sin pelearse y eso ya era un buen avance.
Los tres hombres entraron a la cocina. Chaz también había mejorado bastante en su aspecto físico. Hace cuatro años atrás, pasaba desapercibido al lado de Justin, Travis y Ryan. Pero ahora había sacado lo mejor de sí para lucir bastante guapo y con músculos admirables. Había añadido dos tatuajes más a su lista. Uno en la espalda y otro en la pierna derecha. Los últimos años de su vida, había vivido en Canadá, alejado de todo lo que pudiera recordarle a Tentation y a su vida pasada. Alejado de New York y su vida ajetreada. Y podía decirse que aquellos cambios en su vida, le habían hecho cambiar también interiormente.
- Elisabeth se ha quedado dormida. – Justin se dirigió hasta donde __________ estaba, sentándose sobre la encimera de la cocina y rodeando la cintura de su chica con las piernas y con los brazos. Al mismo tiempo, no pudo ser ajeno a la presencia de aquella chica rubia que no conocía en lo absoluto. Le llamó la atención el accesorio que tenía en el ombligo. Pero nada más. Ni siquiera se fijó en ella. Pasó de Vanessa totalmente. Así como pasaba de cualquier mujer que veía. Pero definitivamente las cosas hubieran sido diferentes hace cuatros años, donde ________ ni siquiera se cruzaba en su vida todavía.
Travis se quedó un momento observándola.
Analizando de qué manera Chaz había conseguido salir con esa chica y de qué manera esta había accedido. ¿Era posible?
Por otro lado, Emily lo miraba, sin poder decirle nada, pero estaba pensando seriamente en olvidarse de eso de dormir con él. Al menos esa noche no. Ardía en los jodidos celos.
- Bueno chicos… - Chaz habló para todos. – Quería presentarles a mi novia.
- Sí, ya la hemos conocido. – sonrió Emily, incomoda.
- Me llamo Vanessa. – sonrió la rubia, acomodándose el cabello hacia atrás y moviendo las siliconas de arriba hacia abajo. A Justin se le escapó una risa y __________ lo fulminó con la mirada, sabía lo que acababa de mirar. Y es que en realidad todos acaban de mirar la misma escena.
- ¿Chaz te ha amenazado para que vengas con él? – se burló Travis. Justin no pudo evitar reír.
- ¡No! – Vanessa sonrió y corrió hasta donde Chaz se encontraba. Moviendo una vez más las tetas falsas o siliconas. – llevamos saliendo más de cinco meses. – se colgó de su cuello y lo besó en la boca.
- Joder, ¿cinco meses? – comentó Justin. - ¿Cómo has soportado cinco meses a Chaz Somers?
- La pregunta es cómo Peterson ha pasado tres años contigo. – Chaz alzó la voz, riendo.
______________ no pudo evitar reír esta vez, contagiándose con la risa de los demás. El único que no reía ahí era Justin.
- Eh, bueno, ya, ¿les digo lo que tengo planeado para hoy? Hay un club cerca de aquí, es bastante bueno. – propuso Emily. – podríamos ir, pasar el rato y…
- No puedo dejar a Elisabeth sola. – se excusó __________. Justin se tensó. Miró a Emily para que esta arreglara la situación. Había algo que solo ellos dos sabían. Algo que no podía salir mal.
- Oh nena, de eso no te preocupes. He conseguido una niñera que es bastante mayor y sabe de estas cosas.
- ¿Una niñera?
- Sí, no será mucho tiempo. Solo nos divertiremos un rato.
- Vamos, Peterson. – le animó Travis, ladeando la cabeza. Y todos de alguna manera parecían confabulados para convencerla de ir a ese club nocturno. Y no es que ella quisiera negarse, es que simplemente sentía que debía quedarse con su hija esa noche.
- No despertará. Estaremos aquí antes de la una. – las manos de Justin le acariciaron los brazos desnudos por el modelo del vestido. Necesitaba escuchar la respuesta de _________ cuanto antes.
- Vale. Está bien. – sonrió y Emily dio un saltito en el aire. Miró a Justin, y este asintió, soltando aire por la boca. Si antes había estado nervioso, el estado en el que se encontraba ahora, era muchísimo peor.
Estaba a punto de hacer la propuesta de su vida.
***
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OMB OMB OMB QE LE VAN A PROPONER ?! NO PUEDO ESPERAR A SABERLO YA SIGUELAAA...
ResponderEliminarOmg siguelaaa o Drake Bell te viola! Susana wasapeame +5804147477795 :3
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