________________ se puso de pie. Bastante esfuerzo había hecho para abrir los ojos y asimilar la hora en la que se encontraba. Jodida resaca. La cabeza le dolía a mil y sentía todavía el sabor de los chupitos de anoche. De algo estaba segura, ese dolor de cabeza solo se lo podía haber proporcionado una persona en el mundo. De la cual no se sentiría jamás avergonzada en terminar ebria: Justin Bieber, su otro dolor de cabeza.
Buscó en los cajones algo cómodo para ponerse. Después de pasar minutos rebuscando entre braguitas y sujetadores, encontró lo que necesitaba y lo colocó sobre su hombro. Caminó a pasos lentos y dormidos hacia la puerta del baño personal, pero antes hizo una parada transcendental en el espejo que se ubicaba dentro de una de las puertas del ropero.
- Por Dios. – se dijo a sí mismo al analizarse frente al espejo. Trató de acomodarse el cabello para que este pareciera aceptable ante su mirada. Segundos después, al no encontrar resultado, bajó la mirada hacia lo que traía puesto. Podía recordar que por nada del mundo habría salido con esa camiseta dos tallas más grandes que ella. Pudo reconocer de inmediato, gracias al olor fuerte y delicioso que emanaba, que se trataba de una camisola de Justin. Bajo esta no había nada que le cubriera las piernas y solo sus braguitas de color rojo le hacían compañía.
Entonces… intentó caminar a un paso un poco más rápido.
Una fricción interna le hizo soltar un gemido suave. Se sentía expuesta y un ligero dolor entre las piernas le susurraba que tal vez era lo que ella se estaba imaginando. Esto solo podía significar una cosa…
Antes de que sus pensamientos volaran más allá, Justin entró a la habitación con Elisabeth en brazos. Este traía el torso descubierto y unos pantalones de lona, mientras que Eli vestía una bata rosada que le daba hasta las rodillas. Ambos entablaban una conversación sobre cereales de chocolate, cuál les gustaba más y sabores que detestaban. Par de niños.
- Mira quién ha despertado. – dijo Justin a Eli. Esta juntó las manos en un aplauso dulce, que fue acompañado por un: “mami” enternecedor. – se te han pegado las sábanas.
Se acercó a _______________ y le besó la boca rápidamente. Al mismo tiempo, Eli se aferró al cuello de esta.
- No ha sido mi culpa. - _______________ lo miró mal.
- Ya lo sé nena, tengo que tener cuidado la próxima vez.
- Sí, porque tienes muchas cosas que aclararme.
Justin enarcó una ceja a la vez que iba soltando una sonrisa sexy y perturbadora.
- ¿Sí?
- Sí, tonto.
- No digas esas palabras frente a ella.
- ¿Ahora te has vuelto educado?
- ¿Yo? Siempre. En cambio tú… - Justin soltó una risita victoriosa al atrapar con las manos las bragas de conejito que ________________ traía en el hombro.
- ¡Deja eso! – gritó ella, ligeramente ruborizada. Maldición, casi nunca usaba esas bragas tan infantiles.
- A tu madre le gustan los conejos. – Justin enarcó una ceja y Elisabeth sonrió acurrucándose en el cuello de _____________. Esta soltó aire desacomodándose todavía más las mechas de cabello que le caían sobre las mejillas. Frustrada dejó a Elisabeth sobre el borde de la cama y le quitó a Justin las bragas de conejo.
- ¿Estás molesta? – preguntó él, sin poder evitar una sonrisa preciosa que mostraba sus perfectos dientes.
- Dime tú, no recuerdo nada de lo que pasó anoche y de pronto no puedo ni caminar.
Justin desvió la mirada.
- Era eso… - dijo sonriendo.
- ¿Lo hemos hecho?
- Quizá deberíamos hablarlo luego. – tomó asiento sobre el borde de la cama, justo al lado de Eli.
- Vaya, lo hemos hecho.
- Anoche no parecías nada cabreada.
Las mejillas de ______________ se ruborizaron ipso facto. A la misma vez, sus memorias interiores se llenaron de recuerdos pasados, llevándola a momentos que había tratado de olvidar toda su vida. ¿Justo hoy tenía que acordarse de toda esa mierda que parecía a veces imposible de olvidar?
- Olvídalo. – dio media vuelta y caminó como pudo hasta la puerta del baño personal.
Justin tragó saliva. Su instinto interior le hizo saber que algo le pasaba a su chica…
- Oye… - se puso de pie e impidió que ______________ cerrara la puerta de baño. – lo hemos hechos muchas veces. – alzó la mirada y pudo darse cuenta de que ella no le miraba. Es como si estuviera perdida en sus propios pensamientos o más bien recuerdos. ¿Se había perdido de algo? - ¿por qué es tan malo?
- Olvídalo, en serio, estoy siendo demasiado dramática. – se hizo para atrás y cerró la puerta del baño con recelo.
Se desnudó rápido, abrió el grifo de la ducha y se quedó parada bajo el agua caliente que caía sobre ella.
Vamos… tenía que superar todo esto. No podía cabrearse con Justin solo porque lo habían hecho anoche sin sus cinco sentidos bien puestos. Tenía que reconocer que se conocía perfectamente en cuanto a su estado alcoholizado. Se ponía bastante… exigente y juguetona. Era algo por lo que ya había tenido que pasar para darse cuenta de que no podía estar por ahí, tomando con personas que no conocía y que por lo mismo podrían aprovecharse de la cantidad de tragos que había tomado. Pero con Justin… ¿con Justin había de qué quejarse?
Se enredó el cabello en la toalla, después de varios minutos de reflexión a base de agua caliente, champú y jabón. Utilizó otra toalla para secarse el cuerpo y se colocó las bragas de conejito casi al mismo tiempo. Ahora que se analizaba frente al pequeño espejo de baño, tenía un mejor aspecto y ya no se notaba más el maquillaje de anoche. Se cepilló los dientes y se desenredó el cabello. No más dolor de cabeza, no más maquillaje; esta era ella.
Abrió la puerta del baño, con una toalla enredada al cuerpo. El dolor entre sus piernas había bajado en gran cantidad. Al parecer solo había sido un pequeño recuerdo de lo bien que… anoche se lo había pasado, de eso no cabía la más mínima duda. Dentro de sí también había una _______________ que se quejaba por no recordar cada segundo de anoche.
Al salir observó a Elisabeth y a Justin mirando la televisión. Ella estaba bastante concentrada y apenas pestañeaba para poder seguir mirando. En cambio él, desvió la mirada hacia ______________ cuando esta salió del baño.
La vio acercársele. La reacción en su piel fue casi la misma de siempre, se erizó por completo.
- Perdona, no debí reaccionar así. - ________________ puso los ojos en blanco.
- Ya, no importa.
- Sí importa, ni siquiera te he agradecido por la fantástica cita de anoche, de eso sí me acuerdo. – sonrió sin mostrar los dientes y pasó a posicionarse sobre las piernas de Justin. Este la recibió gustoso, enredando sus brazos entre la cintura de su chica. – también debería agradecerte por no poder caminar hoy en la mañana.
- Sí, también deberías.
________________ soltó una risita.
- Gracias, pero me gustaría recordarlo todo.
- De eso me puedo encargar yo. – sus dientes mordieron el lóbulo de la oreja de _____________ con delicadeza, apretándole la cintura contra la suya.
- Basta… - susurró ella en un tono divertido. – después ¿vale?
Él asintió, posicionando su barbilla sobre el hombro desnudo de ella.
- ¿Por qué lo de hace un rato?
- Ya te he pedido perdón…
- Pero no lo voy a olvidar sino me explicas el por qué.
- Es que no quiero hablar de eso… es una tontería, de verdad.
- Esa tontería te hizo cabrear conmigo hace rato. No es algo justo.
______________ soltó un suspiro. Subió ambas manos para cubrirse el rostro. De verdad no deseaba hablar del tema, era tan… privado.
- Eres tan insistente.
- Lo sé, me lo has dicho.
Se volteó para mirarlo. Sus ojos entornados y con ese marrón claro precioso, le hacían no poder negarse ante su insistente propuesta de contárselo todo. Era irresistible. Sus labios gruesos y rosas también parecían mirarla como si de una presa se tratara. Era imposible…
- Está bien. – dijo _____________ por fin y dejó caer los hombros. – hace años, cuando estaba en preparatoria, Josh Peeper y yo salimos por un tiempo.
Justin frunció el ceño.
- ¿Quién es Josh… Peeper?
- Déjame contarte. – se quejó _______________. – era el tío más popular de toda la preparatoria, salir con él era prácticamente un lujo, te volvías popular al instante… - se detuvo un momento, dejando que sus recuerdos le ayudaran a narrar la historia. – Uhmn… hubo una fiesta en una playa, él me dijo que tal vez podríamos ir juntos y yo… no era de las chicas que estuvieran pendientes de él todo el tiempo, jamás hablábamos o si quiera nos veíamos en la preparatoria… era extraño que me invitara a salir de un día para otro. – alzó los hombros y su voz se hizo pequeña a medida que iba avanzando. - Emily me dijo que no perdía nada si aceptaba, además no parecía algo más que una simple fiestucha en la playa. – se volteó y miró a Justin, que la escuchaba expectante. – así que acepté.
_______________ volvió a detenerse para tomar aire.
- La fiesta estuvo realmente mala, o eso es lo que recuerdo. - cerró los ojos y los volvió a abrir segundos después. – y bueno… ya sabes, bebí mucho. Esa noche Josh Peeper me presentó el vodka y…jamás lo había probado antes, no me pareció ni bueno ni malo, solo quería divertirme. Él decía que era lo correcto, que me lo merecía, que de eso se trataba estar en preparatoria y no me negué. - ______________ volvió a subir los hombros. Su inocencia se veía reflejada en cada palabra que iba dictando. Le jodía muchísimo recordar lo estúpida que había sido en esos años de universidad, preparatoria y más de lo mismo. Ahora probablemente no tenía la misma inocencia de antes. No era más la ________________ Peterson de quién podría burlarse. Cualquier tío que la viera se quedaría empalmado sin poder creerse que es la misma Peterson de hace unos años. – eso es todo lo que recuerdo.
- ¿Qué te hizo? – preguntó él. Las palabras le salieron de la boca automáticamente. Había dado en el punto.
- No lo sé… - ___________ alzó los hombros y la voz se le hizo todavía más pequeña. – en la mañana estaba en el departamento de Josh, a su lado, pero no recuerdo nada de lo que pasó. Salí de ahí, después de decirle lo muy hijo de puta que era y no me interesó saber lo que había hecho conmigo, aunque probablemente yo ya lo sabía.
Hizo una pausa. No se escuchaba más que el sonido de la televisión encendida y Eli riéndose tras observar las caricaturas.
- Vaya. – balbuceó él. ______________ soltó una media sonrisa.
- Ya pasó, la verdad lo había olvidado hace mucho.
- Sí… pero recuerdas su nombre perfectamente. – le acomodó el cabello tras la oreja. Desde su ángulo podía ver su sonrisa decaída y sus ojos observando el suelo con melancolía. – de verdad… ¿de verdad le has olvidado?
- No significó nada…
- Es que tengo unas increíbles por ir a buscarlo.
_______________ abrió más los ojos. Probablemente era la única persona en el mundo que sabía identificar que las palabras de Justin iban en serio. Lo miró de reojo. Estaba endureciendo la mandíbula y parecía bastante tranquilo, pero su tono de voz delataba lo contrario.
- ¿Por qué no te conocí antes? – preguntó ella. – en otras circunstancias sí me hubiera gustado que fueras a buscarlo.
- Nunca es tarde nena, podemos arreglarlo.
- No… ya no.
- Eso lo dices tú, pero si me lo pides puedo buscarlo y romperle la cara. Me conoces __________________ , nadie toca lo que es mío y mucho menos te deja con ese jodido trauma de por vida. Eres mi chica, anoche me pediste que te tocara… me pediste tantas cosas… no pude negarme, sabes que puedes conmigo de todas las formas posibles, lo único que deseaba era complacerte. Así que lo hice, pero no quise jamás hacerte volver al pasado y que recordaras a ese cabrón, porque yo no soy él ________________, yo sí te quiero, a mí sí me importas, y soy capaz de hacer absolutamente todo para que lo comprendas, hasta ir a buscarlo y hacerle pedir perdón por lo que te hizo. Créeme, a mí también me gustaría oírlo.
Al terminar sus palabras pudo notar como los ojos de _______________ terminaban de humedecerse. Lo abrazó por el cuello, volviéndose a él y haciendo que Justin le apretara la cintura.
- Te hice llorar.
- No me digas.
Sollozó suave sobre su hombro al mismo tiempo que sonreía y le acariciaba la nuca con ambas manos.
- Quiero que lo olvides ________________.
- Lo haré. Lo prometo.
+++
______________ se puso una muda de ropa limpia. Caminaba descalza por la cocina con la música del ipod puesta a todo volumen. La cocina de Justin podía tener muchas cosas, pero menos algo con lo que se pudiera preparar algo, así que este y Eli habían salido al super hace ya varios minutos.
Cambió de canción, otra, otra y otra… hasta encontrar alguna que le pareciera conveniente. Pero antes de que empezara la canción que había escogido, escuchó el sonido de su celular proveniente de la habitación. Así que dejó el ipod sonando sobre la encimera de la cocina y corrió haciendo ruido con los pies hasta la habitación. Cogió el móvil y abrió los ojos y la boca al mismo tiempo al mirar el nombre que salía en la pantalla del contestador.
- ¿Travis? – contestó con desesperación.
Al otro lado de la línea se escuchó un: “¡Contéstale o te disparo!” en gritos.
- ___________________... – tartamudeó él, en medio de jadeos. – mierda… - se quejó ahora.
- ¿Eres tú? ¿Dónde estás? – preguntó y notó de pronto que los ojos se le habían llenado de lágrimas.
- Necesito que vengas. – pidió. Segundos después se escuchó un grito proveniente de su voz. Un gemido fuerte y claro. - ¡Joder, basta! – gritó en el teléfono.
- ¿Dónde estás? – preguntó ______________ una vez más. Cerró los ojos con fuerza tratando de escuchar más allá que solo la voz de Travis.
- Ellos me tienen. – Travis se quedó callado. ________________ también lo hizo. Su boca se abrió y de pronto se sintió paranoica de nuevo. Como si tuviera a alguien detrás de ella justo en ese momento. – necesito que vengas o van a matarme.
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- Esa tontería te hizo cabrear conmigo hace rato. No es algo justo.
______________ soltó un suspiro. Subió ambas manos para cubrirse el rostro. De verdad no deseaba hablar del tema, era tan… privado.
- Eres tan insistente.
- Lo sé, me lo has dicho.
Se volteó para mirarlo. Sus ojos entornados y con ese marrón claro precioso, le hacían no poder negarse ante su insistente propuesta de contárselo todo. Era irresistible. Sus labios gruesos y rosas también parecían mirarla como si de una presa se tratara. Era imposible…
- Está bien. – dijo _____________ por fin y dejó caer los hombros. – hace años, cuando estaba en preparatoria, Josh Peeper y yo salimos por un tiempo.
Justin frunció el ceño.
- ¿Quién es Josh… Peeper?
- Déjame contarte. – se quejó _______________. – era el tío más popular de toda la preparatoria, salir con él era prácticamente un lujo, te volvías popular al instante… - se detuvo un momento, dejando que sus recuerdos le ayudaran a narrar la historia. – Uhmn… hubo una fiesta en una playa, él me dijo que tal vez podríamos ir juntos y yo… no era de las chicas que estuvieran pendientes de él todo el tiempo, jamás hablábamos o si quiera nos veíamos en la preparatoria… era extraño que me invitara a salir de un día para otro. – alzó los hombros y su voz se hizo pequeña a medida que iba avanzando. - Emily me dijo que no perdía nada si aceptaba, además no parecía algo más que una simple fiestucha en la playa. – se volteó y miró a Justin, que la escuchaba expectante. – así que acepté.
_______________ volvió a detenerse para tomar aire.
- La fiesta estuvo realmente mala, o eso es lo que recuerdo. - cerró los ojos y los volvió a abrir segundos después. – y bueno… ya sabes, bebí mucho. Esa noche Josh Peeper me presentó el vodka y…jamás lo había probado antes, no me pareció ni bueno ni malo, solo quería divertirme. Él decía que era lo correcto, que me lo merecía, que de eso se trataba estar en preparatoria y no me negué. - ______________ volvió a subir los hombros. Su inocencia se veía reflejada en cada palabra que iba dictando. Le jodía muchísimo recordar lo estúpida que había sido en esos años de universidad, preparatoria y más de lo mismo. Ahora probablemente no tenía la misma inocencia de antes. No era más la ________________ Peterson de quién podría burlarse. Cualquier tío que la viera se quedaría empalmado sin poder creerse que es la misma Peterson de hace unos años. – eso es todo lo que recuerdo.
- ¿Qué te hizo? – preguntó él. Las palabras le salieron de la boca automáticamente. Había dado en el punto.
- No lo sé… - ___________ alzó los hombros y la voz se le hizo todavía más pequeña. – en la mañana estaba en el departamento de Josh, a su lado, pero no recuerdo nada de lo que pasó. Salí de ahí, después de decirle lo muy hijo de puta que era y no me interesó saber lo que había hecho conmigo, aunque probablemente yo ya lo sabía.
Hizo una pausa. No se escuchaba más que el sonido de la televisión encendida y Eli riéndose tras observar las caricaturas.
- Vaya. – balbuceó él. ______________ soltó una media sonrisa.
- Ya pasó, la verdad lo había olvidado hace mucho.
- Sí… pero recuerdas su nombre perfectamente. – le acomodó el cabello tras la oreja. Desde su ángulo podía ver su sonrisa decaída y sus ojos observando el suelo con melancolía. – de verdad… ¿de verdad le has olvidado?
- No significó nada…
- Es que tengo unas increíbles por ir a buscarlo.
_______________ abrió más los ojos. Probablemente era la única persona en el mundo que sabía identificar que las palabras de Justin iban en serio. Lo miró de reojo. Estaba endureciendo la mandíbula y parecía bastante tranquilo, pero su tono de voz delataba lo contrario.
- ¿Por qué no te conocí antes? – preguntó ella. – en otras circunstancias sí me hubiera gustado que fueras a buscarlo.
- Nunca es tarde nena, podemos arreglarlo.
- No… ya no.
- Eso lo dices tú, pero si me lo pides puedo buscarlo y romperle la cara. Me conoces __________________ , nadie toca lo que es mío y mucho menos te deja con ese jodido trauma de por vida. Eres mi chica, anoche me pediste que te tocara… me pediste tantas cosas… no pude negarme, sabes que puedes conmigo de todas las formas posibles, lo único que deseaba era complacerte. Así que lo hice, pero no quise jamás hacerte volver al pasado y que recordaras a ese cabrón, porque yo no soy él ________________, yo sí te quiero, a mí sí me importas, y soy capaz de hacer absolutamente todo para que lo comprendas, hasta ir a buscarlo y hacerle pedir perdón por lo que te hizo. Créeme, a mí también me gustaría oírlo.
Al terminar sus palabras pudo notar como los ojos de _______________ terminaban de humedecerse. Lo abrazó por el cuello, volviéndose a él y haciendo que Justin le apretara la cintura.
- Te hice llorar.
- No me digas.
Sollozó suave sobre su hombro al mismo tiempo que sonreía y le acariciaba la nuca con ambas manos.
- Quiero que lo olvides ________________.
- Lo haré. Lo prometo.
+++
______________ se puso una muda de ropa limpia. Caminaba descalza por la cocina con la música del ipod puesta a todo volumen. La cocina de Justin podía tener muchas cosas, pero menos algo con lo que se pudiera preparar algo, así que este y Eli habían salido al super hace ya varios minutos.
Cambió de canción, otra, otra y otra… hasta encontrar alguna que le pareciera conveniente. Pero antes de que empezara la canción que había escogido, escuchó el sonido de su celular proveniente de la habitación. Así que dejó el ipod sonando sobre la encimera de la cocina y corrió haciendo ruido con los pies hasta la habitación. Cogió el móvil y abrió los ojos y la boca al mismo tiempo al mirar el nombre que salía en la pantalla del contestador.
- ¿Travis? – contestó con desesperación.
Al otro lado de la línea se escuchó un: “¡Contéstale o te disparo!” en gritos.
- ___________________... – tartamudeó él, en medio de jadeos. – mierda… - se quejó ahora.
- ¿Eres tú? ¿Dónde estás? – preguntó y notó de pronto que los ojos se le habían llenado de lágrimas.
- Necesito que vengas. – pidió. Segundos después se escuchó un grito proveniente de su voz. Un gemido fuerte y claro. - ¡Joder, basta! – gritó en el teléfono.
- ¿Dónde estás? – preguntó ______________ una vez más. Cerró los ojos con fuerza tratando de escuchar más allá que solo la voz de Travis.
- Ellos me tienen. – Travis se quedó callado. ________________ también lo hizo. Su boca se abrió y de pronto se sintió paranoica de nuevo. Como si tuviera a alguien detrás de ella justo en ese momento. – necesito que vengas o van a matarme.
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omfg ,síguela me mataras ,dios.
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