lunes, 3 de junio de 2013

Capítulo 49

En la oficina, era todos los días la misma rutina. Llegar, sentarse, acomodar papeles, recibir órdenes, joder por ahí, revisar folios, mirar la hora, administrar los nuevos pedidos de autos y más cosas hasta acabar. Había adquirido mucho respeto en las últimas semanas, pues a pesar de que muchas veces no aguantaba las órdenes, era muy eficiente en cuanto a su trabajo. Los números siempre le habían ido muy bien. En Tentation, se había dedicado la mayoría de veces a elaborar los mapas de robo, siempre siendo el cerebro de la operación.

Pero hoy, su día sería diferente.

- Oye, Justin. – le llamó Marie. Jo.dida rubia, que buena estaba. Tenía que admitirlo. Aunque no era para nada de su gusto, al contrario, pensaba que tal vez a Ryan le hubiera gustado conocerla…

- Hola. – saludó él, amablemente desde su pequeño escritorio, ubicado junto a varios más. Ella le dedicó una bonita sonrisa, desde que Justin había llegado ahí, le había caído muy bien. A veces compartían escritorio, prácticamente, se habían vuelto muy buenos amigos.

- Alguien te estás buscando en el piso de abajo. – dijo ella alzando ambas cejas.

- ¿A mí? – Justin enarcó una ceja de la misma manera. Pensó en _________________. ¿Qué haría ella aquí a esta hora? Eran a penas las cinco, y ella salía un poco más tarde.

- Sí, es un chico, dice que es tu pareja. – dijo ella levemente preocupada.

Al escuchar eso, Justin se puso aún más alerta. ¿Su pareja? ¿Un tipo? ¿Qué estaba pasando? Se puso de pie y negó con la cabeza.

- No es broma ¿verdad?

- No Justin, es enserio. – Justin pudo notar que decía la verdad por el tono de su voz y lo preocupada que se le veía. Marie era preciosa. Tenía el rostro de un ángel, siempre tan inocente y preocupada por todos. No podía mentir.

- Sabes que yo tengo…

- Sí, que tienes novia… - completó ella, con un tono de decepción en su voz poco notable.
De pronto, el sonido del ascensor hizo que ambos se voltearan a verificar quién salía de ahí. Entonces, él pudo entenderlo todo.

- ¿Guapo? – gritó Travis en medio del pasillo. Justin puso los ojos en blanco, aguantándose las risas. Le sorprendía sobremanera que estuviera ahí, en su trabajo, justo ese día.

Atrás Marie observó divertida toda la escena.

- ¿Me has extrañado mi amor? – preguntó Travis, al llegar hasta Justin. Su aspecto corporal había mejorado mucho en esos dos meses. Podía decirse que ahora tenía el mismo peso muscular que Justin.

- ¿Te has vuelto gay?

- ¿Te gustaría que así fuera? – preguntó Travis enarcando una ceja.

- Ya lo has sido siempre. – ambos se abrazaron. Un abrazo de palmas en la espalda y algunos insultos.
Travis rio. No podía mentir, extrañaba esos momentos estúpi.dos con cada uno de sus amigos. De la misma manera con Chaz, con Ryan… y ahora con Justin. Aunque ninguno de los cuatro, volverían a estar juntos nunca más. O al menos… no por ahora.

- Bonito lugar. – comentó Travis.

- Llevan aguantándome aquí más de un mes.

- Que desesperados estaban.

- Pienso lo mismo.

- Uh… - Travis se mordió un labio. Miró detrás de Justin. Una rubia sexy adornaba un escritorio y revisaba unos folios. Marie. – dime que no te la has tirado todavía… - dijo susurrando solo para Justin.

- No. – dijo él. La verdad, no sabía cómo responderle. Él mismo, no se sentía capaz de estar con alguien más, estando con ________________ al mismo tiempo. Era algo que había aprendido con el tiempo, pues en otras circunstancias, las cosas hubieran sido diferentes.

- Oh… perdona, ¿Cómo está _______________? – Travis cruzó los brazos. Ahora que lo recordaba, a él tampoco le darían muchas ganas de estar con esa rubia si él tuviera a ___________________. Pero no era así.

- Bien, acostumbrándose a Atlanta… - comentó Justin.

Entonces, varios recuerdos de la última vez en Paris se le vinieron a la cabeza. Tal vez era momento de superarlo, había pasado, ________________ y Travis no se habían visto desde entonces. No había de que preocuparse. Su novia no sentía nada por Travis, ni él por ella. Jo.der, ¿Qué no lo veía? Él solo estaba buscando a quién fo.llar, probablemente Marie estaría en su lista, pero no ____________________. No lo creía capaz. Ni a ella, mucho menos.

- ¿Y tú? – le preguntó Travis, golpeándole un brazo.

- Aquí me tienes.

- Tienes buena pinta.

- ¿Se nota mucho?

- Mucho. Supongo que ella te debe estar dando todos los días. – ambos sonrieron. Travis más que Justin, pues el primero, sabía que era un tanto cierto. – jo.dida suerte.

- ¿Y tú qué esperas? – le preguntó Justin. Moría por escuchar su respuesta. Tal vez y le decía que ya había conocido a alguien, de esa manera se olvidaría por completo de la idea tonta que tenía sobre él y ____________...

- ¿Crees que aquí en Atlanta me aguanten un tiempo? – dijo mirando por la enorme ventana transparente que se extendía en todo el pasillo de oficinas. Observó los edificios. Grandes e imponentes. – ya estoy aquí… y quiero quedarme un tiempo. – Justin escuchó atento. Tenía un mal presentimiento de todo esto y no sabía por qué. - Además… mañana cumplo años y quiero pasarlo con uno de mis amigos.

***

Puso la última vela y apagó el fuego que había encendido. El departamento se veía muy elegante de esa manera. Y es que esa noche, quería sorprenderlo muchísimo. Hace mucho que no tenían tiempo para ambos. Se veían poco debido al trabajo, hablaban por las mañanas, por las noches, pero no había podido tener ese tipo de detalles con él.

Lo había llamado para decirle que esa noche saldría un poco más tarde del trabajo y que no se preocupara en recogerla, cuando en cambio, ella había salido mucho antes y se había tomado el tiempo de decorar todo el lugar de una manera romántica y sensual.

Se acomodó el sostén y el tentador hilo de encaje que había comprado esa misma tarde. Una mirada en el espejo. Jo.der, moría por ver la reacción de Justin al verla así.

Le hizo un lazo a su albornoz de seda rojo y se sentó sobre el filo de la cama abrochándose los tacones rojos oscuros, en conjunto con su ropa interior.

Todo estaba listo para la noche perfecta. Solo ambos. Sonrió al imaginar la expresión de Justin al notar todo lo que ella había preparado para él. Después de todo, hace mucho que no tenían ese tiempito que tanto ella había anhelado, y… sumándole a todo eso, hace mucho que no hacían el amor. De alguna forma, necesitaba recuperar todo eso que tenían antes de mudarse a Atlanta. Y estaba decidida. Hoy recuperaría eso y mucho más.

Entonces, escuchó las llaves introducirse en la cerradura de la puerta principal del departamento. Su corazón latió muy rápido. Es él. Es más que seguro. Se desató el albornoz y lo dejó ligeramente abierto, dejando un poco a la imaginación. Soltó un respiro relajante y salió de su habitación.

Pero lo que encontró… fue algo diferente. Había más que solo un hombre ahí afuera. La reacción de ambos había sido bastante graciosa. Justin por su lado, se había quedado perplejo observando toda la decoración del departamento. Vaya, no se lo esperaba. Volteó el rostro y cruzó miradas con ____________________. Viéndola vestida de esa forma, tragó saliva inconscientemente y se quedó sin habla. Pero no sucedió lo mismo con Travis.

- Que buena bienvenida… - codeó Travis a Justin. Este no sabía que decir. ¿Acaso había olvidado alguna fecha importante? ¿Aniversario o algo así? Intentó recordar, pero tenía la mente bloqueada por la imagen de _______________ en lencería. Rayos… no podía pasar por alto todo lo que _______________ había hecho… tomando en cuenta que se había vestido con su color favorito. El rojo. Su rojo. Le hacía ver espectacular. Provocaba comérsela. Desnudarla. Tumbarla. Hacerle el amor de distintas maneras ahora mismo y sin ayuda de nadie.

Cuando pudo despertar, se dio cuenta que no era el único que estaba viendo a ________________ en poca ropa.

_________________ se anudó el albornoz de inmediato.

- ¿Travis? – preguntó ella. Hasta la misma _______________ notaba el cambio físico de este. ¿Era él o soñaba?

- Hola Peterson. – le saludó este. Relamió sus labios sin intención de darse a notar. Bajo la mirada y notó que esos tacones rojos le hacían unas buenas piernas. – gracias por recibirme así… - rio divertido.

- No era para ti…

- Travis va a quedarse unos días por aquí. – dijo Justin.

- ¿Qué? – preguntó _____________ frunciendo el ceño. ¿Desde cuándo él tomaba decisiones sobre el departamento solo y sin preguntárselo antes?

- Espero no incomodar, no será ni una semana. – agregó Travis.

- No incomodas. – le dijo __________________, aunque en su expresión demostrara todo lo contrario. Pero no exactamente por él, sino más bien por Justin. – acomódate aquí. – le dijo refiriéndose a la amplia sala de estar. – por las noches hace frío, pero es cómodo.
Se abrió un amplio silencio. Un silencio lleno de miradas. Travis clavó sus ojos en los de ella. Mucho tiempo. Mucho que decirle. Mucho por hacer. Se quedaría poco tiempo, pero no necesitaría más.

- Qué bueno volver a verte. - dijo ella ahora. La mirada de Travis le incomodaba y le ponía tan nerviosa que deseaba salir corriendo de ahí. Y eso hizo, se dio media vuelta y caminó hasta la puerta de su habitación, entrando y cerrando la puerta tras entrar a ella. El suelo retumbó.

- Acomódate. – le dijo Justin. Su cabeza estaba en otro lado. Mier.da, había jo.dido todo. Seguramente ella estaría detestándolo ahora por no haberle avisado que llevaría a su mejor amigo justo esa noche. Justo esa… donde lo había preparado todo para ambos. - buenas noches. – dijo sin más vueltas que darle. Travis se despidió con la mano y se sentó sobre el filo del sofá ubicado un tanto alejado a la habitación de Justin y ________________. Lo vio caminar y abrir la misma puerta que __________________ había cerrado. Lo vio desaparecer y se imaginó muchas cosas. Cosas que a él le hubiera encantado hacer en su lugar.

Por un minuto… un minuto extenso, envidió muchísimo a Justin… tanto, que hasta deseó… de una manera desenfrenada, quitarle la vida.

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