lunes, 3 de junio de 2013

Capítulo 54

Travis no había regresado en toda la noche. Ni una sola aparición de llamadas o mensajes en el celular de Justin. ¿A dónde había ido? Todo tomaba sentido, no había dejado rastro de su ropa en el departamento, pero… ¿por qué se habría ido sin antes despedirse?

- ¿Por qué hoy? – preguntó Justin. Se acomodó la camisa de cuello inglés. Traía unos pantalones negros, un chaleco del mismo color que había dejado sin cerrar y unos zapatos negros a conjunto.

- Dicen hoy habrá mucha más gente que en los fines de semana. ¿Te lo imaginas? Va a estar abarrotado. – James puso los ojos en blanco, suspirando con felicidad.

Desde que Justin había llegado a Jazz Zone -su club de Jazz- a cantar solo los fines de semana por la noche, la audiencia había subido como la espuma. Muchas mujeres llegaban solamente por él y consumían hasta que Justin terminara su presentación. Era muy favorable.

- Te pagaré más, si es que lo necesitas. – James alzó las cejas, derrotado.

- Nada es gratis en la vida. – Justin enarcó una ceja, afirmándole con una sonrisa.

James tenía razón, hoy… la gente visita Jazz Zone como en ninguna otra noche. Se preguntaba por qué. Siempre solían llenar el local, pero hoy parecía haber pasado el límite de aforo. Era muy impresionante.


Justin tomó de su Vodka rebajado con jugos de fruta. Miró hacia el público, totalmente embelesado por la presentación de Sam, uno de los chicos nuevos, que tocaba una pieza desconocida en el piano. Parecían realmente disfrutar del show. Asintió con satisfacción. Jamás… jamás se imaginó en un club de Jazz, cantando y tocando para ese número de gente. Era tan… ¿nuevo? No sabía cómo interpretarlo, pero había adquirido la habilidad gracias a que _______________ lo había animado a postular a Jazz Zone cuando necesitaban un cantante.

Alguien lo llamó por atrás.

- ¡Hola!

Oh. Era Marie. Lucía tan bien. En la oficina, casi siempre parecía tan decaída y cansada. Siempre iba desarreglada y luciendo lo mismo cada día. Quizá se debía al maldito trabajo. Pero ahora mismo, parecía otra, muy sexy. Traía un vestido rojo pegado al cuerpo con un escote que dejaba observar como el talismán de su collar se perdía entre sus senos. Unos tacones negros y había liberado su rubio cabello. Wow.

Justin pestañeó dos veces.

- ¿Marie? – le preguntó divertido y casi sin creérselo.

Ella puso los ojos en blanco y acercó su cuello para darle un beso en la mejilla. Justin se lo devolvió.

- Me contaron que cantas aquí, ¿por qué nunca me lo habías dicho? – le dijo con una gran sonrisa. Era realmente preciosa.

- Bueno, no hay mucho que contar. – Justin alzó los hombros, con humildad.

- Pero te va bien ¿no? eres conocido. – Marie le codeó con diversión. – conozco a algunas chicas que están esta noche por ti. Mejor dicho, están locas por ti.

La idea hizo sonreír a Justin por dentro y por fuera.

- Oh… lo siento. – el rostro de Marie cambió de aspecto de un momento a otro. – está…Mnh… ¿tu novia aquí? – frunció los labios y alzó las cejas en modo de disculpa.

- Justin, te necesitamos arriba. – le llamó James desde la barra de atrás. Este se volteó, asintiendo con educación.

- Tengo que irme, coge el mejor lugar. – le dijo a Marie con una preciosa sonrisa en los labios. Una, que no hizo más que deshacer el vientre de Marie en puro deseo. ¡Joder! ¡Estaba ahí por él! ¿Qué no lo notaba? Se había hecho un cambio total y desenfrenado por él, pero aun así, él parecía perdido en otro mundo.
La música se detuvo y podían escucharse a varias mujeres y hombres murmullando ansiosos por la ya mencionada presentación de Justin. Una mujer soltó un aullido cuando vio a Justin acomodar el micrófono frente a él. Este sonrió. No sabía de qué otra manera agradecer su acto desenfrenado. Y la canción empezó. Un maravilloso cover de “Tainted Love” de Karen Souza. Y él se perdió en medio de la canción. Desenredándose tan bien como siempre solía hacerlo. La gente alrededor quedó sorprendida ante su desenvolvimiento. Vaya, sí… mucha razón tenían, mojaba bragas con cada mirada que transmitía mientras cantaba. Era tan guapo. Tan deseable. Y su voz, ronca, dura y a veces fina y sensual, hacía estremecer a cada hormona femenina estable.
La canción terminó y las últimas notas del piano se vieron acompañadas con el sonido de los aplausos. Joder, maravilloso.

Marie aplaudía con entusiasmo desde su sitio muy cercano al escenario. Le dedicó una bonita sonrisa a Justin y este le correspondió, acomodándose esta vez sobre el piano. James se acercó por debajo y susurró algo a Justin.

- ¿Es tu novia? – le enarcó una ceja, mirando a Marie. Justin negó con la cabeza, riendo.

- No – le dijo para tranquilizarlo.

- Pues no deja de mirarte.

Volvió a negar con la cabeza y se hundió en el piano. Cuando de pronto, una nota le llegó.

- Ten, tienes un pedido. – le alcanzó James. Justin abrió el papel.

“Apuesto todo lo que tú quieras a que has mojado las bragas de todas las de aquí. Te odio por eso. De repente puedes tocar algo para mí , eres mío… gatito”

Cuando volteó, se encontró con la mirada de ______________ sentada en una mesa de al fondo. La miró. Suave. Delicado. Una briza pequeña. Estaba preciosa. Coño, de verdad lo estaba. Se concentró en su sitio, e intentó sacar una buena versión de “Won’t go home without you” Maroon Five.


Justin cantaba sobre el escenario. Sorprendiendo cada vez más. Se apoderaba del escenario y lo hacía suyo de una única manera jamás vista. Jugueteaba con el micrófono, hacía sonreír, gritar y cantar junto a él. Era tan malditamente guapo.

Los ojos de ________________ se embelesaron al verlo cantar tan entretenido y entregado. ¿Cuándo había pasado todo esto? Su pasión por la música había nacido de un momento a otro, y no solo había atraído contratos, sino también mujeres que seguramente no tardarían en pedirle el número. Ese pensamiento hizo que _____________ frunciera los ojos, acomodándose en la mesita de al fondo del club de Jazz. ¿Tenía por qué ponerse celosa? Tal vez solo exageraba. Justin era suyo, él lo sabía perfectamente, y sabía que no era necesario recalcárselo a ninguna mujer.

Marie soltó un grito, acompañada con otras dos chicas más que habían ido con ella esa noche. Las tres lucían jodidamente espectaculares. Espectaculares para Justin. Rápidamente la música en vivo se detuvo y Justin dejó de cantar, su presentación había acabado y de inmediato pasaron a colocar una música de fondo. Los aplausos no tardaron en llegar, fuertes y abrazadores. Varias mujeres gritaron encantadas y a la vez tristes porque Justin debía partir. Pagarían todo el dinero posible por verlo más tiempo. Vaya fenómeno hormonal. Algunas cuchicheaban entretenidas, otras le lanzaban frases incoherentes y románticas, otras un “llámame”, pero ninguna se atrevía a acercarse a él y hablarle. Excepto Marie.

- ¡Justin! – gritó desde su mesita y al mismo tiempo dio un salto de esta y se puso de pie para su encuentro. Justin le brindó una sonrisa brillante. – joder, que buenos eres haya arriba. – le dijo encantada. Este volvió a sonreír, no sabía que responderle, su cabeza había estado en otro lado desde que había recibido cierta nota, de cierta chica especial, con cierto mensaje.

- Gracias, estoy mejorando. – le respondió con humildad. Pero sus ojos no la miraban. En cambio, buscaban desesperadamente a ______________ entre las mesas de al fondo del club de Jazz. Marie pudo notarlo y volteó a observar lo que Justin buscaba.

- ¿Todo bien? – le dijo levantando las cejas.

- Sí, sí. Había mucha gente ¿eh? – soltó él, tratando de no parecer descortés ante su falta de atención.

- Muchísima, felicidades, ha sido por ti. – pero ella, no desaprovecharía esta oportunidad. Había pagado por un peinado de ciento cincuenta dólares y un vestido que doblaba el costo del peinado. Debía hacer algo ahora o nunca. Lentamente, su mano izquierda subió suave por el brazo izquierdo de Justin. Hasta llegar a su hombro. Tocó su espalda con la misma mano. Pero él… él no la miraba. – Justin. – le llamó una vez más. Y aunque él seguía en búsqueda de alguien entre la multitud, la sensación de Marie no se apagaba. No podía creerse cuanto le gustaba.
Atrás, James apareció. Parecía entusiasmado.

- Eh, Justin… perdón, ¿interrumpo? – preguntó pasando de entusiasmado a incómodo. La idea de que Marie y Justin era novios no se le borraba de la mente, y menos viendo escenas como esa.

- No, dime. – contestó Justin, regresando a la realidad. Gruñó en su interior, ¿Dónde estaba _____________? Moría por verla.

La mano de Marie bajó de inmediato.

- Hay alguien que está interesado en verte. Me parece importante. – James alzó los hombros y frunció la boca. Parecía bastante expectante.

- ¿A mí? – Justin hundió el rostro.

- Sí, será rápido. – le indicó James, mirando de reojo a Marie.

- Vale. – contestó Justin. James desapareció de entre la gente, haciendo un pequeño gesto con la cabeza antes para despedirse de Marie. – tengo que irme, ¿hablamos después?

Y todo el ánimo de Marie se vino abajo. Aplastado y derrumbado por la misma persona que podía lograr subírselo hasta la punta más alta.

- Sí, claro, en el trabajo. – le recordó y le dedicó una sonrisa triste.

Observó a Justin desaparecer entre la gente. ¡Mierda! Gritó en su interior. Malditos hombres y su falta de cerebro para notar las cosas que las chicas hacemos por ellos. ¿A quién habrá estado buscando Justin? Se preguntó. Se cruzó de brazos y se quedó pensativa. Mnh, le provocaba un Vodka acompañado con algo. Pero cuando quiso voltearse, ____________________ la esperaba detrás.
Marie abrió los ojos.

- Perdona. – le dijo para darle a entender que quería pasar y que le estaba interrumpiendo el paso.

- Oh, lo siento. – dijo ______________ apartándose. Muy dentro de ella, llevaba un discurso elemental que debía decirle a esa amiguita de la que nunca había oído hablar de parte de Justin. En primer lugar, ¿por qué demonios iba vestida como para una entrega de Oscar’s? lo sabía, podía olerlo, era por Justin.

Cuando la vio irse, se apresuró para alcanzarla.

- Conoces a Justin. – empezó ________________. Tratando de no dar a notar sus celos. Observó como Marie se sentaba en una de las butacas de la barra de bar. Ella hizo lo mismo. – un Vodka, por favor. – ordenó.

- Que sean dos.

- ¿Y bien? – sonrió ______________. Se acomodó el cabello. Vale, Marie iba muchísimo más arreglada que ella, pero eso no la debilitaría. También tenía armas para usar si es que le hacían falta.

- Pues sí, lo conozco, es uno de mis mejores amigos. – Marie sonrió encantada cuando pronunció la última palabra.

- Eso es genial, oí que canta aquí a menudo.

- Es la estrella del lugar. Es muy bueno en el escenario.

¡Maldita zorra! ¿Enserio? Te sorprenderías de saber que también es bueno en la cama, pero claro, ¡eso no lo sabrás jamás! Gritó su interior.

- Parece que te atrae. - _____________ recibió el vaso lleno de Vodka y frutas tropicales. Tomó un sorbo grande y lo dejó casi acabado de sobre la barra. ¿Por qué estaba tan molesta y celosa? Tal vez era porque Justin nunca le había comentado sobre su amiga. Que parecía todo, menos tranquila. En especial con ese vestido caro y estúpidamente sexy.

Marie negó con la cabeza.

- Es solo mi amigo. – confesó. Al ver a ____________ tomando desesperada y sonriéndole, pensó tal vez, que se trataba de otra “fan” que Justin había adquirido por sus presentaciones en Jazz Zone… así que pensó que sería buena idea… - pero sí, me gusta un poco. – alzó los hombros. – es guapo y bueno conmigo, no entiendo como alguien no le podría gustar. – confesó. – pero… sé que tiene novia. – alzó los hombros de nuevo, frunciendo la boca con desprecio.

________________ sonrió.

- Sí. – cogió el vaso de Vodka y tomó lo último que quedaba. – oh, creo no haberme presentado. – estiró su mano hacia la de Marie. Que la miraba dudosa y empezando a entender. - ______________ Peterson, mucho gusto, la novia de Justin.

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