Era algo así como el pasado que nadie entendería con palabras. Se necesitaban hechos y ponerse en su lugar para lograrlo.
Mientras aceleraba el Mustang y hacía rugir el motor, podía recordar el rostro horrorizado de ______________ al verlo golpear a ese hombre ebrio que le había tocado más de la cuenta. Recordarlo le hacía llenar el cuerpo entero de rabia, a la misma vez que sus músculos se tensaban y le exigían que fuera a buscarlo para molerlo de una vez por todas.
Había tenido que pagar a la dueña de la cafetería una indemnización por los daños que había ocasionado en el local y además un dinero adicional por todos los clientes que habían salido despavoridos, gracias al tremendo espectáculo que había montado y se habían ido sin pagar. Y además de eso, llegar a un acuerdo (de tipo económico) con el tío ebrio que había lanzado por las ventanas. Por suerte y había sido nada más un golpe fuerte en la espalda. Había salido ileso, el hijo de puta.
Y de ella… de ________________ no se podía decir mucho. Definitivamente había jodido todo lo que de algún modo…”tenían”… si es que se podía decir que tenían algo.
Al verlo ahí. En vuelto en llamas. Ardiendo en ira y con los puños apretados… le había hecho recordar la última discusión que habían tenido antes de separarse por dos años. Y a él también le frustraba…
- “¡Eres una bestia! ¡Míralo!”…
Las palabras de ______________ retumbaron en su cabeza. Malditos recuerdos.
- “¿Vas a golpearme a mí también” –
Su mirada. Sus bonitos ojos llenos de pánico, atemorizados pero a la misma vez valientes.
- “Deja de mirarme y hazlo, ¡hazlo de una maldita vez! –
Basta… no podía seguir recordando la peor noche de toda su vida. Esa historia ya había concluido. Al fin y al cabo, ella había preferido una mafia a la cual él ya había renunciado hace mucho tiempo. Era mejor así ¿verdad?
Aplastó el acelerador, sin ningún rumbo exacto… solo dejándose llevar por la velocidad y la música que sonaba fuerte en los amplificadores.
Aun había ira en él. Ira por el tipo ebrio que había tocado a _____________. Ira por las mamparas de cristal que había roto. Ira por él mismo y sus malditos ataques de ira que no podía controlar… e ira por _______________. Porque no le había hablado después del incidente. Porque simplemente se había ido de la cafetería sin siquiera agradecerle o comentarle algo por defenderla del tío ebrio. Sí… eso definitivamente lo tenía cabreado. Necesitaba al menos un “gracias” de su parte que lo reconfortara. ¿Qué no lo notaba? ¡Había hecho esto por ella, joder! ¿Qué hubiera preferido? ¿Qué dejase que la tocara? Esto era tan malditamente confuso.
El viento sobre su cara, la velocidad, la adrenalina y la música fuerte no le dejaron pensar… pero siempre podía llegar a una muy buena conclusión: las mujeres eran un completo acertijo.
Se detuvo en una tienda y compró varias cervezas y cigarrillos. Era un buen día para emborracharse solo, tal vez… o solo olvidarse de todo lo que había pasado…
Subió al auto y volvió a manejar sin rumbo alguno.
Hace tiempo no tenía estos escapones donde podía ser él mismo. Y como los necesitaba… el jodido trabajo, las relaciones sociales, la presión y hasta su relación con Marie lo tenían molido… no era él… o al menos eso sentía.
Ahora tenía un buen puesto, dinero y la mierda que quisiese… pero no la que deseaba realmente… otra vez volvía a recriminarse a él mismo que este no era él. Que sí. Que extrañaba la adrenalina, el miedo, el poder, sentirse dueño del mundo armando un par de robos en cualquier banco del mundo… manejar un arma, apuntar y hasta incluso extrañaba disparar.
¿Quién podía sentir esa necesidad también?...
Tentation podía ser mierda. Pero era una mierda que exigía que alguien más la necesitara. No se trataba solamente de llegar y robar un banco de un día para otro. Se necesitaba preparación. Se necesitaba estudiar. Se necesitaba ser el mejor. Se necesitaba divertirse. Reírse durante el proceso y pasarla de puta madre. Se necesitaba ser inteligente. Armar rutas y hackeos de códigos. Se necesitaba vigilar, estar alertas. Pero sobre todo… se necesitaba ser valiente y tener las agallas suficientes para enfrentarte a todas esas personas que luchanban contra el mal. Necesitabas agallas y huevos… si se puede decir, para enfrentarte al mundo… que siempre… si escogías el camino Tentation, estaría en tu contra.
Encendió un cigarrillo y fumó lento. El humo se desprendía de su boca y se desvanecía por el viento que arropaba su rostro.
Y la noche parecía hablarle. Parecía exigirle algo…
Conducía sin rumbo y aun cabreado por todo el incidente… “¡el incidente que tú mismo ocasionaste!” ¿______________ estaba esperando a que se disculpara? “Por supuesto que sí, gran idiota”.
Quiso tirarse de un edificio alto mil veces antes de hacer esto.
Marcó el número de _________________ y esperó a que alguien hablara en la otra línea.
- ¿Qué? – respondió ella. Justin enarcó una ceja. Otra vez ese carácter…
- No puedo creerlo, ¿estás cabreada?
- Te juro que no tengo ganas de hablar de todo esto ahora ¿vale? Necesito dormir. – su voz se escuchaba ligeramente tensa. Sí. Estaba muy… muy cabreada.
- ¿Por qué estás molesta? – insistió él. Introdujo el cigarrillo entre sus labios y aspiró.
- Que te den Justin. Estoy muy, muy cabreada contigo esta vez.
Y colgó.
- Mierda. – se quejó él. Buscó la lista de últimas llamas y volvió a marcar su número. Esto no iba a quedarse así.
A los pocos segundos, ella volvió a responder.
- ¿Para esto querías mi número?
- ¿Hubieras preferido que ese cabrón te toque? Estaba yo ahí y no iba a dejar que te ponga una mano encima.
- Sé protegerme yo sola. No tenías porque intervenir, romper una jodida mampara y ocasionarme problemas.
- ¿Ocasionarte problemas? – sin darse cuenta, había empezado a gritar. - ¡Ese imbécil iba a ocasionarte problemas!
- ¡Sé defenderme sola! – gritó ella esta vez. Y por un momento quiso gritarle lo que estaba ocultando. Que había pasado dos años a la deriva con Eli creciendo en ella y había logrado aprender a protegerse. Aunque Travis le había ayudado bastante, ella también sabía lo que era pelear.
Justin endureció la mandíbula.
- Casi me han despedido por tu culpa.
Oh. Esto no era una novedad.
- Ya… está bien, perdón ¿sí? Se me ha pasado la mano. – dijo suave. _____________ negó con la cabeza al otro lado de la línea. A su costado Eli respiraba dormida. Su pecho se elevaba y bajaba lentamente… y su padre estaba en la otra línea. Eso hizo que a ______________ se le erizara la piel. Tan cerca y tan lejos, al mismo tiempo.
- No quiero que vuelvas a hacer esto. Siempre… siempre terminan despidiéndome por ti.
- No me lo recuerdes.
- Es que tengo que hacerlo.
- Joder _____________, ese tío te estaba tocando… ¿Cómo no iba hacer nada? Detesto ver que otro tipo te toque, eso no va a cambiar.
Aceleró más y el Mustang rugió. Solo después de unos segundos pudo darse cuenta de lo que le había dicho. Oh no…
______________ no pudo evitar ruborizarse contra el teléfono. Su estomago se aceleró y le hizo recordar a las primeras llamadas que ambos se habían hecho al conocerse… sonrió, como una tonta…
- ¿Habías ido a verme? – enarcó una ceja y trató de cambiar el rumbo de la conversación.
- Sí. – admitió él. – no lo sé, solo quería verte.
Y otra vez… la misma sensación… parecían un par de niños.
- Yo también quería verte. – dijo ella.
- Lo imaginé.
- ¿Perdona?
- Supuse que querías verme. – presumió Justin. Por dentro y por fuera reía.
- Pero la verdad no pensé que fueras a montar tremendo espectáculo.
- No empieces.
- ¿Te molestó?
- Que sí. Ya te lo dije.
- A mí también, iba a defenderme, pero alguien vino y tiró a ese pobre hombre contra el cristal.
- ¿Pobre hombre?
- Justin, ya pasó…
- No. Es que… joder, te miraba de una manera que hubieras preferido no ver.
______________ negó con la cabeza. Vaya… podía decirse que algunas veces extrañaba muchísimo a ese hombre. Al que se preocupaba por ella… y que se ponía celoso incontables veces… pero extrañaba más, que fuera de ella y solo de ella.
- ¿Dónde estás? – le preguntó ________________. Sus dedos bajaron y acariciaron la piel de su hija. Lo hizo suave. Y mirarla hacía que su corazón se estrujara. Dios… esto era tan difícil.
- No lo sé. – dijo él. Su voz se había apagado, ya no estaba tan exaltado como antes. - ¿por qué?
- Solo preguntaba. – se acurrucó en la cama y atrajo las sábanas para cubrirse a ella y a Eli.
- Siento que hay que no me estás diciendo.
Y esa frase rompió su corazón. La tibia y calmada voz de Justin le tocó verdaderamente. ¡Maldita sea! Por fin podía entender un poco el fundamento de Emily. Justin tenía que saberlo. Él no tenía la culpa de todo lo que ella había tenido que pasar, de sus decisiones o su pasado. Él simplemente debía enterarse de la existencia de su hija. Sea cual sea el resultado o su reacción, era un derecho que no podía quitarle. Mierda… es que esto ya no era una simple relación, o un capricho, era una niña de dos años que pronto crecería.
- ________________... – susurró contra el teléfono. El humo del cigarrillo le acarició el rostro. – ha pasado mucho tiempo, pero puedes confiar en mí.
No sigas por favor…
- No voy a juzgarte. - le dijo él.
Y por supuesto que lo haría. Temía y era egoísta al mismo tiempo al pensar que Justin la odiaría por el secreto que le estaba ocultando.
- ¿Necesitas dinero? – dijo al pensar que de eso se trataba el asunto.
- Estoy bien. No te preocupes por mí, he sabido cómo sobrevivir estos dos últimos años. – miró a Eli y acarició su piel.
La última frase hizo que Justin se tensara.
- Yo también he sabido cómo sobrevivir estos dos últimos años. – dijo y trago saliva. El sabor a humo impregnó su boca. – sin ti.
- También me la ha pasado mal.
- No tanto como yo.
- ¿Es que no te cansas? Ya tuve bastante del mismo tema. Yo también la pasé mal Justin, podría jurar que mucho peor que tú. – dijo exaltándose. De un momento para otro la actitud y palabras de Justin le habían hecho perder el control.
- ¿En serio? – Justin soltó una risa sarcástica. - ¿te lo has pasado mal follando con Travis? No lo dudo, pero supongo que para ti estaba bien.
_______________ cerró los ojos con fuerza.
- Eres un hijo de puta. – le dijo susurrando contra el teléfono que temblaba entre sus manos. – te sorprendería mucho saber cómo han sido las cosas, pero no tengo por qué contártelas.
- No necesito saberlas. Me las imagino muy bien _________________. – dijo aturdido y bloqueado por sus celos. La idea de _____________ y Travis… la aborrecía totalmente.
Ella tragó saliva. ¡Maldición! ¿Qué no notaba que le estaba haciendo daño con cada palabra? No tenía ni una jodida idea de todo lo que decía.
Respiró hondo y no dejó que esas lágrimas salieran. Era fuerte, más fuerte que Justin.
- No creo que un idiota como tú pueda imaginarse por qué digo estas cosas.
- ¿Me equivoco? ¿Acaso Travis y tú no se lo han pasado en grande estos años? Seguramente estaba en tu departamento esa noche ¿verdad? Han pasado años ________________, y digamos que yo ya sé perfectamente cómo te gusta jugar.
Había sido todo.
- ¿Sabes? - ______________ tragó saliva. Las lágrimas brotaban y su garganta estaba hecha un nudo. Pero quería hacerlo, quería decírselo aunque no fuera verdad. – no me arrepiento ni un segundo en haberte dejado. – dijo fuerte y colgó, tirando el móvil a un lugar fuera de su alcance.
******************
Y estoy hecho una mierda.
Manejo a velocidad mientras mi cuerpo se mese debido al rugido del Mustang. Puedo sentir el motor bajo mis pies y mi estado no hace más que llenarme de adrenalina.
Estoy ebrio. Como jamás, desde hace casi un año, lo he estado. De algún modo he tomado descontroladamente segundos después que _______________ colgó la llamada.
La cabeza me da vueltas y puedo ver la línea divisora de la pista repetidas veces. Solo tengo noción de la ropa que llevo puesta y que mis pies están apretando el acelerador fuertemente. El resto ha desaparecido. No me importan los riegos que estoy corriendo por manejar así, ni mucho menos lo que la gente podría pensar al verme. También puedo reconocer la música en los amplificadores, es alguna canción de Calvin Harris… creo que se trata de “sweet nothing” pero no estoy muy seguro. Y la verdad no me importa. Mi mente está en otra parte, en otro espacio. Solo intento sentirme mejor de una manera que me ha derrotado completamente.
Hace tiempo que no me embriaga de esta manera. La última vez que lo hice, si más no recuerdo, Marie estaba en mi departamento y ambos estábamos en el mismo estado celebrando mi asenso. Pero esta vez, mi caso se asemejaba a la última noche que había visto a ___________________. Solo. Solo en el jodido mundo, lleno de lágrimas y con muchísimas dudas en la cabeza. Solo y traicionado. En ese entonces no se me había ocurrido mejor idea que emborracharme. Beber hasta que la garganta me ardiera y mágicamente funcionó. Logré borrar a _________________ dos o tres horas de mi mente. Pero ella volvía…volvía siempre… recuerdo que esa noche me embarqué en un viaje lejano y llegué hasta el cementerio donde Ryan está enterrado. Le hablé y lloré. Lloré mucho. No sabía que otra mierda hacer en ese momento. Estaba tan desesperado. Tan perdido. Le hablé y sentí que podía estar seguro al frente de una lápida de mármol. Pero al amanecer, entendí que el sol iba a seguir saliendo, y las cosas no iban a cambiar.
_________________ se había ido. Me había dejado y nunca… nunca pensé que algo llegaría a dolerme tanto como eso.
¿Entonces ella podría decirme ahora que sufrió más que yo? No tenía ni una maldita idea de lo que decía.
Mi vida dejó de tener sentido. Me volví un idiota melancólico que no salía nunca y que cuando lo hacía, terminaba peleándose con algún desconocido en la calle porque lamentablemente… mis ataques de ira se hicieron cada vez más grandes. Y peleaba. Apostaba. Ganaba. Y la rutina era casi siempre la misma, sin contar las noches que me embriagaba. Era una jodida mierda. Un infierno y siempre tratando de entender por qué es que las cosas habían pasado de esa manera. ¿Por qué coño _______________ me había hecho esto?
Entonces… ¿de qué manera ella había sufrido más?
La necesité. Quise hacerle el amor mil veces. Pero no estaba. Y me dolía la idea de pensar que jamás iba a volver a estar. Y pasaban los días, y seguía esperanzado en que volvería y tal vez después de un tiempo la perdonaría. Pero pasaron los días, las semanas y acompañadas con los meses se volvieron años. Un año. Y dos. ¿Dónde estás ________________? Todo estaba perdido, no iba a volver jamás.
Y entonces, en varias noches me jodía pensarlo de esta manera. Antes de conocerla, podía fumar lo que quisiera, tomar lo que quisiera, tener un polvo con quién quisiera y hacer lo que quisiera. Era un ladrón. Un ladrón de banco entrenado que había estado en rehabilitación por los líos que se ganaba en la calle. Un ladrón, que formaba parte de la mafia más grande de todos Estados Unidos y Europa. Un ladrón. Una mala persona. Alguien no digno si quiera de respirar. Y tantas personas habían intentado cambiarme y ayudarme. Varias personas que ni siquiera conocía se preocupaban por mí y rogaban porque yo cambiase. Pero no lo hice. Siempre pensé que estaba destinado a vivir solo y follar a quién yo quisiera. Que de eso se trataba la vida.
Y no hicieron falta un ejército de personas, la policía de Estados Unidos o un centro de rehabilitación… solo hizo falta ella… solo hizo falta _______________ en mi vida para que yo dejara esa vida de mierda.
Entonces, hoy después de tanto tiempo… estaba en uno de las calles más peligrosas de New York. Si te asomas por ahí, a esta hora de la madrugada, o terminas muerto o terminas muerto. Recuerdo que vine aquí la primera semana en la que había dejado de ver a _________________ y luego empecé a frecuentar más este lugar.
Rodeado de autos de marca seguramente robados, motocicletas de primera mano, mujeres semidesnudas y hombres en cazadora de cuero. Mucha adrenalina. Se escuchaba el motor de los autos rugir y varias personas apostando carreras. Me siento en casa. Esto es lo que fui.
- ¡Joder, tío! – Rony se acerca detrás de Sam. Rony es alto y corpulento. Tiene el mismo físico que yo, pero es de cabello negro y los ojos del mismo color. Sam en cambio, es pelirrojo y delgado. Ambos fuman un Derby. - ¿qué haces aquí? – dice enarcando una ceja.
El sonido de los motores me hizo perder la noción.
- ¿Vienes a apostar?
- ¿Qué hay? – pregunto con despotismo. Todas las veces que había apostado aquí, había ganado.
- Estás ebrio, cabrón. – murmura Sam. A ese le conozco menos.
- ¿Tienes algún problema? – digo levantando los hombros.
- No… no… sabes que aquí es lo de menos, pero entonces si compites así tal vez pier…
- Dile a tu amigo el mariquita que se calme. – le digo a Rony, que le da un empujón a Sam. – hay algo ¿sí o no? me empiezo a aburrir.
Entonces detrás de nosotros se escucha de pronto un bullicio grande. Volteo, un par de motocicletas Harley Davison estan estacionadas y hay gente al rededor. Casualmente recuerdo haber visto una de esas anteriormente. Pero no me interesa. Volteo y sigo con mi lío.
- Han venido algunos extranjeros. – me dico Rony. – seguramente quieren apostar contigo.
Asiento y antes de que pudiera hablar, una mano me toca el hombro.
Me suelto de inmediato, moviéndome con agilidad.
- ¿Apostando? –
Reconozco esa voz. Entre mis recuerdos pude ver a una persona. Sí… demonios, le conozco.
- Este tiene que ser la noticia de todo el puñetero año. Justin Bieber aquí, entre corredores ilegales. – ríe y el supuesto chiste hace reír a más de uno atrás de él. – pensé que ahora tenías otros intereses.
Era Jeremy Pataski. Recuerdo haber trabajado con él en una misión Tentation cuando recién empezaba a realizar los robos independientemente. Pero tuvimos problemas.
- ¿Te has olvidado de mí? – dice y me acomoda el cuello de la cazadora. Mis ojos bajan hasta donde sus manos tocan.
- ¿Y a quién coño le gustaría recordarte?
- Estás ebrio. – me mira con sorpresa. – pensé que ya no tomabas más desde que tenías novia.
Frunzo el ceño. Mierda…
- ¿Y como está ella? – sonríe y me mira divertido. - ¿o es que has dejado de verla?
Atrás volvieron a reír.
- Pero claro, es que te dejó por otro ¿eh? Todos conocen la historia Justin. Tu novia se paseó por Tentation el verano pasado y nos dejó a todos impresionados, tiene un culo muy… muy bonito. – se relame los labios y solo puedo fijarme en los movimientos que hace con las manos. Mis ojos se centran en sus manos y escucho risas mientras continúa hablando. Está hablando sobre _________________. – no te cabrees si te cuento cuantas veces estuvimos a punto de follar.
Bastantes volvieron a reír. Pero yo seguí ahí. Todavía aturdido y sin poder reaccionar. Trago saliva. Lo único que puedo sentir es el alcohol en todo el cuerpo y mis músculos tensarse poco a poco.
- ¿Te has quedado mudo Bieber? – pregunta y ríe con los demás. - ¿te jode aceptar que tu novia te engañó con… - se lo piensa y me mira. – todo Tentation?
Ríe fuerte. Ríe a carcajadas.
- Vaya joyita que tenías contigo. Por suerte he podido probar si de verdad estaba tan buena como decían. – me mira y asiente. – y sí. – su voz es ronca. – estaba deliciosa el día en el que la follé.
Mi mandíbula se endurece. Sé que está mintiendo. Estoy ebrio, pero aun puedo tener noción de las cosas. Al menos sí de ella. ______________ no es de esas, ella no.
- Y sus tetas… - todos ríen. Rony coge mi brazo derecho, como si estuviera intentado detenerme de algo que todavía no he hecho. Pero sigo quieto. Inmóvil y con la mirada fría. – maravillosas. Pero había algo más… - se lo piensa. – todo su jodido cuerpo. ¿Vas decirme que no es para pasárselo increíble? – se me acerca y me habla mirándome a los ojos. - Tu novia, ha sido el mejor polvo que he tenido.
Y me quedo quieto. Rony, Sam, Jeremy y todos los que se encontraban alrededor de nosotros se quedan callados en espera de mi reacción. Lo estoy mirando a los ojos y no apartamos la mirada. Y dura tan poco. En realidad, dura poquísimo, de un momento a otro, casi instantáneamente, su cuerpo cae tendido sobre el suelo después de haberle golpeado en la mandíbula. Todos se quedan expectantes y abriendo los ojos alrededor de nosotros. Ahora somos solamente Jeremy y yo. Esta mierda va a ponerse buena.
Se ríe sobre el suelo, acariciándose la mandíbula con los dedos y verificando la presencia de sangre. Cuando la ve, levanta la mirada. Sigo inmóvil, en mi mismo sitio… supongo que aún no he reaccionado del todo.
Tambaleándose se pone de pie y rechaza la ayuda de dos tíos que intentan levantarle. Me mira, una vez más.
- ¿Te ha jodido mucho verdad? – ladea la cabeza y su cuerpo empieza a moverse agitado. Su pecho sube y baja, jadeante, mientras la sangre le recorre el labio inferior y la mandíbula empieza a hinchársele. - ¿por qué? – levanta los hombros y sigue mirándome. – si al fin y al cabo… - se me acerca y se relame los labios, probando su propia sangre. – ella nunca te quiso.
Y dentro de mí, algo reacciona.
Mis puños vuelven a apoderarse de mí y le golpeo el rostro esta vez. El ojo derecho, para ser exacto. Lo aplasto contra él y hago que se tambalee en su sitio. Pero no cae. ¿Por qué mierda no ha caído? Intenta hablar una vez más, pero vuelve a callarle con otro golpe en la mandíbula. Escupe sangre y me empuja, fuertemente, haciendo que casi pierda el equilibrio, pero estoy de pie y corro hasta él, presionando su espalda y hundiendo mi pierna derecha en todo su estómago.
La gente empieza a gritar alrededor. Y ya no me interesa… no me interesa nada…
Jeremy intenta respirar, pero el golpe que le he dado le deja sin aliento. Se retuerce en el piso de rodillas logrando recobrar las fuerzas. Me acerco y le pateo las piernas, tumbándolo en el suelo completamente. Jeremy grita y atrás dos de sus hombres se quieren acercar a mí, pero él les da una seña de que se vayan. Y lo hacen, dejándome con él. Y es mejor. Intenta ponerse de pie, mirándome, y antes de que pueda hacerlo vuelvo a írmele encima golpeándolo con toda las fuerzas de mis piernas. Y no paro. Y todo se me viene encima. El maldito alcohol. El maldito tiempo. _______________. _______________ en Tentation. ________________ rodeada de todos esos cachondos hijos de puta que le han tenido ganas todo este tiempo. __________________ sin mí. _________________ sola y llena de miedo. __________________ sufriendo. Y golpeo a Jeremy con fuerza. Duro. Realmente duro. Mis patadas se convierten en puños cuando subo sobre él y muevo los brazos desesperado, golpeándole con brutalidad una y otra vez y más y más… y no puedo detenerme, esta es mi jodida sensación, la que me pertenece. Me desquito con él, observando su rostro destruirse entre mis manos mientras se llena de sangre y cubre mis puños. Veo sus ojos cerrarse cada segundo un poco más… y más… está inconsciente… y no puedo parar. La mierda está dentro de mí de nuevo.
Todos alrededor están gritando que continúe. No puedo ver ni a Rony ni a Sam… todos están amontonados y el ruido se ha vuelvo ensordecedor. Hay mujeres gritando y hombres desenfrenados.
Cuando puedo reaccionar… la cabeza de Jeremy termina de moverse gracias al último golpe que acabo de darle en el rostro. Está molido y completamente ensangrentado. Y sí. Inconsciente. Me pongo de pie. Y una vez más la imagen de _________________ llena de miedo y con ese imbécil jodiéndola se me viene a la mente. Maldita sea… ¿por qué nunca estuve ahí para protegerte?
- Esto va por ella, maldito hijo de puta. – me pongo de pie y pateo con fuerza una vez más el cuerpo de Jeremy.
Camino abriéndome paso entre la gente.
- Vaya joyita que tenías contigo. Por suerte he podido probar si de verdad estaba tan buena como decían. – me mira y asiente. – y sí. – su voz es ronca. – estaba deliciosa el día en el que la follé.
Mi mandíbula se endurece. Sé que está mintiendo. Estoy ebrio, pero aun puedo tener noción de las cosas. Al menos sí de ella. ______________ no es de esas, ella no.
- Y sus tetas… - todos ríen. Rony coge mi brazo derecho, como si estuviera intentado detenerme de algo que todavía no he hecho. Pero sigo quieto. Inmóvil y con la mirada fría. – maravillosas. Pero había algo más… - se lo piensa. – todo su jodido cuerpo. ¿Vas decirme que no es para pasárselo increíble? – se me acerca y me habla mirándome a los ojos. - Tu novia, ha sido el mejor polvo que he tenido.
Y me quedo quieto. Rony, Sam, Jeremy y todos los que se encontraban alrededor de nosotros se quedan callados en espera de mi reacción. Lo estoy mirando a los ojos y no apartamos la mirada. Y dura tan poco. En realidad, dura poquísimo, de un momento a otro, casi instantáneamente, su cuerpo cae tendido sobre el suelo después de haberle golpeado en la mandíbula. Todos se quedan expectantes y abriendo los ojos alrededor de nosotros. Ahora somos solamente Jeremy y yo. Esta mierda va a ponerse buena.
Se ríe sobre el suelo, acariciándose la mandíbula con los dedos y verificando la presencia de sangre. Cuando la ve, levanta la mirada. Sigo inmóvil, en mi mismo sitio… supongo que aún no he reaccionado del todo.
Tambaleándose se pone de pie y rechaza la ayuda de dos tíos que intentan levantarle. Me mira, una vez más.
- ¿Te ha jodido mucho verdad? – ladea la cabeza y su cuerpo empieza a moverse agitado. Su pecho sube y baja, jadeante, mientras la sangre le recorre el labio inferior y la mandíbula empieza a hinchársele. - ¿por qué? – levanta los hombros y sigue mirándome. – si al fin y al cabo… - se me acerca y se relame los labios, probando su propia sangre. – ella nunca te quiso.
Y dentro de mí, algo reacciona.
Mis puños vuelven a apoderarse de mí y le golpeo el rostro esta vez. El ojo derecho, para ser exacto. Lo aplasto contra él y hago que se tambalee en su sitio. Pero no cae. ¿Por qué mierda no ha caído? Intenta hablar una vez más, pero vuelve a callarle con otro golpe en la mandíbula. Escupe sangre y me empuja, fuertemente, haciendo que casi pierda el equilibrio, pero estoy de pie y corro hasta él, presionando su espalda y hundiendo mi pierna derecha en todo su estómago.
La gente empieza a gritar alrededor. Y ya no me interesa… no me interesa nada…
Jeremy intenta respirar, pero el golpe que le he dado le deja sin aliento. Se retuerce en el piso de rodillas logrando recobrar las fuerzas. Me acerco y le pateo las piernas, tumbándolo en el suelo completamente. Jeremy grita y atrás dos de sus hombres se quieren acercar a mí, pero él les da una seña de que se vayan. Y lo hacen, dejándome con él. Y es mejor. Intenta ponerse de pie, mirándome, y antes de que pueda hacerlo vuelvo a írmele encima golpeándolo con toda las fuerzas de mis piernas. Y no paro. Y todo se me viene encima. El maldito alcohol. El maldito tiempo. _______________. _______________ en Tentation. ________________ rodeada de todos esos cachondos hijos de puta que le han tenido ganas todo este tiempo. __________________ sin mí. _________________ sola y llena de miedo. __________________ sufriendo. Y golpeo a Jeremy con fuerza. Duro. Realmente duro. Mis patadas se convierten en puños cuando subo sobre él y muevo los brazos desesperado, golpeándole con brutalidad una y otra vez y más y más… y no puedo detenerme, esta es mi jodida sensación, la que me pertenece. Me desquito con él, observando su rostro destruirse entre mis manos mientras se llena de sangre y cubre mis puños. Veo sus ojos cerrarse cada segundo un poco más… y más… está inconsciente… y no puedo parar. La mierda está dentro de mí de nuevo.
Todos alrededor están gritando que continúe. No puedo ver ni a Rony ni a Sam… todos están amontonados y el ruido se ha vuelvo ensordecedor. Hay mujeres gritando y hombres desenfrenados.
Cuando puedo reaccionar… la cabeza de Jeremy termina de moverse gracias al último golpe que acabo de darle en el rostro. Está molido y completamente ensangrentado. Y sí. Inconsciente. Me pongo de pie. Y una vez más la imagen de _________________ llena de miedo y con ese imbécil jodiéndola se me viene a la mente. Maldita sea… ¿por qué nunca estuve ahí para protegerte?
- Esto va por ella, maldito hijo de puta. – me pongo de pie y pateo con fuerza una vez más el cuerpo de Jeremy.
Camino abriéndome paso entre la gente.
¿Dónde mierda he dejado el Mustang? Lo busco con la mirada pero hay tanta gente que no puedo reconocer mi propio auto.
La cabeza me da vueltas. Tengo el alcohol tan metido que no puedo ni siquiera caminar. Pero lo hago, en busca de mi auto.
Cuando lo diviso… mierda, está totalmente abollado. Tiene todas las lunas rotas. Tanto el parabrisas como las ventanas piloto, copiloto y traseras. Además, tiene una gran línea tosca que parte desde la maletera hasta la puerta piloto en ambos lados. También está abollado por ambas puertas. Han jodido mi auto.
- ¡Joder! – grito y unos que pasan por ahí se quedan mirándome. Pongo mis manos sobre la cabeza y me recuesto sobre la puerta del auto abollada.
No sé qué mierda hacer. Trago saliva y siento que hay alguien detrás, observándome.
- Eh, tú, gilipollas. – me llama uno. Volteo y hay uno de los tipos que han tratado de defender a Jeremy.
Entonces es lo único que puedo recordar. Lo demás, todas son escenas que pasan por mi mente y no puedo asegurar que sean ciertas. Me golpea y caigo al suelo. La vista se me nubla, puedo ver mi auto abollado y al imbécil que acaba de golpearme salir corriendo de ahí… y todo se hace negro… y de pronto no hay nada más que oscuridad ante mis ojos.
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6. a.m
- ¿Señorita Peterson? - _______________ se levantó del asiento de espera. La enfermera, joven y guapa, se acercó a ella y leyó una tabla de apuntes.
- Soy yo. – dijo nerviosa. - ¿Cómo está? ¿Qué ha pasado?
- Mejor. Ya está consciente y… uhm… ¿es usted pariente de él? Hemos encontrado su número primero en la lista de llamas recientes. – le explicó.
- Soy su novia. – mintió y trató de no ponerse más nerviosa.
- Vale. Bueno… el paciente es en realidad uno de los más inquietos que hemos tenido aquí. – renegó y negó con la cabeza.
______________ soltó aire. Debía ser difícil tener a Justin en un mismo lugar y encima tratar de curarlo…
- Al parecer el señor Bieber ha estado en una de las zonas más peligrosas de New York ayer y ha sido víctima de un asalto. Su auto está completamente destruido y en un taller ahora, no se preocupe.
Pero sus palabras no podían calmarla. Hace unos minutos había recibido una llamada urgente del hospital diciéndole que Justin estaba inconsciente y en un estado bastante riesgoso. ¿Y le pedía que no se preocupara?
- ¿Puedo verlo?
- Sí, cla…
En ese momento, el paciente más inquieto que había tenido jamás ese hospital salió arrastrando los pies de su propia habitación.
Su pómulo derecho estaba hinchado y tenía un movimiento lento al caminar. Levantó la mirada y vio a ________________. Estaba cabreado e irritado, se leía en su mirada. La miró y se quedó atónito. ¿Qué hacía ahí?
- ¿Ya me puedo ir? – dijo sin mirar a la enfermera.
- Sí. La verdad es que ya está mucho mejor. Esta es una lista de lo que debe tomarse. – le dijo a ____________ y le pasó la lista de medicamentos. – tiene algunos hematomas en la espalda, pero nada que no se cure.
- De acuerdo. Muchas gracias. – sonrió ______________ a la enfermera. Esta se retiró haciéndole una señal a Justin con la mano, la verdad es que estaba muy estresada por el comportamiento de este.
Y se quedaron solos. Después de la conversación de anoche no había nada que pudiera decirse…
- Me alegro que estés bien. – le dijo ella. Y parte de eso, en realidad todo… era cierto. Estaba bien y no había nada que le reconfortara más. Quería sonreírle. Limpiarle las heridas. Quería besarlo.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó él.
- Me han llamado porque estoy primera en tu lista de contactos. – respondió ella.
- ¿Han llamado a Marie? – preguntó de nuevo esta vez preocupado. Joder Marie… debía estar cabreada, irritada y preocupada…
- No lo sé.
- Vale. No quiero que le digas nada de esto. No quiero preocuparla.
- Va a enterarse, tu auto está en un taller ¿Dónde has estado anoche? – le preguntó realmente molesta.
“Tratando de olvidarte”
- ¿Qué te importa? – levantó los hombros y caminó en dirección al siguiente pasillo del hospital, completamente vacío. ¡mierda! Ya no tenía auto… ni dinero, todo lo había gastado en esas jodidas horas de internamiento hospitalario.
- Me importas Justin y me da realmente igual que estés cabreado por lo de ayer ¿entiendes?
Este se la quedó mirando. Podía recordar fragmentos de toda la noche pasada… maldita noche…
- ¿Te preocupa?
- ¿El qué?
- Que esté mal.
- Sí. Mucho. Por favor deja ser tan grosero conmigo y…
Pero él había aplastado sus labios sobre los de _______________. Sus manos enredaron la cintura de ella suavemente y con cuidado. Los senos de ella quedaron atrapados entre el pecho de Justin. Y la besó. Sensual, intenso. Introdujo su lengua en la de ella y dejó que le tocara la espalda hasta llegar a su nuca y que pasara sus dedos por ella. Gimió. Maldita sea. Esto era mucho. Ambas lenguas hicieron contacto y fue eso suficiente para que supiera que tenía tantas ganas de hacerlo con ella. No importaba el dolor que sintiera en la mandíbula, esto era más fuerte.
El hecho de verla ahí, a primera hora de la mañana y preocupada por él le hacía enternecer tanto. Era su chica… sí vamos, claro que lo era… _______________ siempre sería su chica, a pesar de las peleas, aun había bastante por aclarar, bastante por decirse…
Aplastó sus manos en todo su cintura e hizo que su cuerpo se frotara contra el suyo, haciéndole notar su erección. La sobó contra ella suave mientras le devoraba la boca. Todo esto era tan torturador. Solo la ropa impedía que se introdujera en su delicioso cuerpo.
- Vámonos. – le dijo él. Su voz ronca delató su excitación. Sí. Quería esto. – vámonos lejos, solo hoy… quiero aclarar las cosas contigo _________________.
La cabeza me da vueltas. Tengo el alcohol tan metido que no puedo ni siquiera caminar. Pero lo hago, en busca de mi auto.
Cuando lo diviso… mierda, está totalmente abollado. Tiene todas las lunas rotas. Tanto el parabrisas como las ventanas piloto, copiloto y traseras. Además, tiene una gran línea tosca que parte desde la maletera hasta la puerta piloto en ambos lados. También está abollado por ambas puertas. Han jodido mi auto.
- ¡Joder! – grito y unos que pasan por ahí se quedan mirándome. Pongo mis manos sobre la cabeza y me recuesto sobre la puerta del auto abollada.
No sé qué mierda hacer. Trago saliva y siento que hay alguien detrás, observándome.
- Eh, tú, gilipollas. – me llama uno. Volteo y hay uno de los tipos que han tratado de defender a Jeremy.
Entonces es lo único que puedo recordar. Lo demás, todas son escenas que pasan por mi mente y no puedo asegurar que sean ciertas. Me golpea y caigo al suelo. La vista se me nubla, puedo ver mi auto abollado y al imbécil que acaba de golpearme salir corriendo de ahí… y todo se hace negro… y de pronto no hay nada más que oscuridad ante mis ojos.
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6. a.m
- ¿Señorita Peterson? - _______________ se levantó del asiento de espera. La enfermera, joven y guapa, se acercó a ella y leyó una tabla de apuntes.
- Soy yo. – dijo nerviosa. - ¿Cómo está? ¿Qué ha pasado?
- Mejor. Ya está consciente y… uhm… ¿es usted pariente de él? Hemos encontrado su número primero en la lista de llamas recientes. – le explicó.
- Soy su novia. – mintió y trató de no ponerse más nerviosa.
- Vale. Bueno… el paciente es en realidad uno de los más inquietos que hemos tenido aquí. – renegó y negó con la cabeza.
______________ soltó aire. Debía ser difícil tener a Justin en un mismo lugar y encima tratar de curarlo…
- Al parecer el señor Bieber ha estado en una de las zonas más peligrosas de New York ayer y ha sido víctima de un asalto. Su auto está completamente destruido y en un taller ahora, no se preocupe.
Pero sus palabras no podían calmarla. Hace unos minutos había recibido una llamada urgente del hospital diciéndole que Justin estaba inconsciente y en un estado bastante riesgoso. ¿Y le pedía que no se preocupara?
- ¿Puedo verlo?
- Sí, cla…
En ese momento, el paciente más inquieto que había tenido jamás ese hospital salió arrastrando los pies de su propia habitación.
Su pómulo derecho estaba hinchado y tenía un movimiento lento al caminar. Levantó la mirada y vio a ________________. Estaba cabreado e irritado, se leía en su mirada. La miró y se quedó atónito. ¿Qué hacía ahí?
- ¿Ya me puedo ir? – dijo sin mirar a la enfermera.
- Sí. La verdad es que ya está mucho mejor. Esta es una lista de lo que debe tomarse. – le dijo a ____________ y le pasó la lista de medicamentos. – tiene algunos hematomas en la espalda, pero nada que no se cure.
- De acuerdo. Muchas gracias. – sonrió ______________ a la enfermera. Esta se retiró haciéndole una señal a Justin con la mano, la verdad es que estaba muy estresada por el comportamiento de este.
Y se quedaron solos. Después de la conversación de anoche no había nada que pudiera decirse…
- Me alegro que estés bien. – le dijo ella. Y parte de eso, en realidad todo… era cierto. Estaba bien y no había nada que le reconfortara más. Quería sonreírle. Limpiarle las heridas. Quería besarlo.
- ¿Qué haces aquí? – preguntó él.
- Me han llamado porque estoy primera en tu lista de contactos. – respondió ella.
- ¿Han llamado a Marie? – preguntó de nuevo esta vez preocupado. Joder Marie… debía estar cabreada, irritada y preocupada…
- No lo sé.
- Vale. No quiero que le digas nada de esto. No quiero preocuparla.
- Va a enterarse, tu auto está en un taller ¿Dónde has estado anoche? – le preguntó realmente molesta.
“Tratando de olvidarte”
- ¿Qué te importa? – levantó los hombros y caminó en dirección al siguiente pasillo del hospital, completamente vacío. ¡mierda! Ya no tenía auto… ni dinero, todo lo había gastado en esas jodidas horas de internamiento hospitalario.
- Me importas Justin y me da realmente igual que estés cabreado por lo de ayer ¿entiendes?
Este se la quedó mirando. Podía recordar fragmentos de toda la noche pasada… maldita noche…
- ¿Te preocupa?
- ¿El qué?
- Que esté mal.
- Sí. Mucho. Por favor deja ser tan grosero conmigo y…
Pero él había aplastado sus labios sobre los de _______________. Sus manos enredaron la cintura de ella suavemente y con cuidado. Los senos de ella quedaron atrapados entre el pecho de Justin. Y la besó. Sensual, intenso. Introdujo su lengua en la de ella y dejó que le tocara la espalda hasta llegar a su nuca y que pasara sus dedos por ella. Gimió. Maldita sea. Esto era mucho. Ambas lenguas hicieron contacto y fue eso suficiente para que supiera que tenía tantas ganas de hacerlo con ella. No importaba el dolor que sintiera en la mandíbula, esto era más fuerte.
El hecho de verla ahí, a primera hora de la mañana y preocupada por él le hacía enternecer tanto. Era su chica… sí vamos, claro que lo era… _______________ siempre sería su chica, a pesar de las peleas, aun había bastante por aclarar, bastante por decirse…
Aplastó sus manos en todo su cintura e hizo que su cuerpo se frotara contra el suyo, haciéndole notar su erección. La sobó contra ella suave mientras le devoraba la boca. Todo esto era tan torturador. Solo la ropa impedía que se introdujera en su delicioso cuerpo.
- Vámonos. – le dijo él. Su voz ronca delató su excitación. Sí. Quería esto. – vámonos lejos, solo hoy… quiero aclarar las cosas contigo _________________.
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