lunes, 3 de junio de 2013

Capítulo 56


Hoy se cumplían dos días desde que Justin había partido a New York. Y las horas pasaban tan lento. El clima se había vuelto peor. El ambiente pesado. La gente tensa y llena de problemas. El trabajo le aturdía y solo deseaba irse a casa y hundirse en la cama para llamarle y saber cómo le había ido. ¿Era el mundo? ¿O era Justin, que le hacía muchísima falta? 
Suspiró y miró la hora una vez más. ¡Vaya! Las ocho y treinta y cuatro de la noche. El día se había pasado igual de lento que el día anterior. No había motivación que la mantuviera alegre o con ganas de algo. 

Se estiró en la cama. Había llegado hace más de una hora del trabajo y desde entonces miraba un programa basura que pasaban todos los días a la misma hora. Mientras el sonido le acompañaba, decidió taparse hasta el cuello. Que frío hacía. Ni siquiera le apetecía comer. Le extrañaba tanto… ¡y solo habían pasado dos días! 

Según le había contado, ayer todo había sido un exito. El lugar en el que Justin cantaba temporalmente en New York, se había abarrotado de gente por el anuncio de su llegada. Así de especial y mágico. Habían anunciando su llegada desde mucho antes de que este hubiera aceptado el trato. Negociadores y sus formas de comprar gente. Lo único que temía de todo eso era a las fans locas y desesperadas... frunció el ceño y se dio una bofetada mental que le ayudó a posicionarse en el lugar que le correspondía. “Por favor, eres su novia, te ha hecho el amor las últimas noches que ha estado contigo, ¿Qué podría salir mal?” con una sonrisa en los labios estiró su brazo y logró coger su bolso de mano, lo abrió y cogió su móvil localizado al fondo. “¿Qué podría salir mal?” pensó de nuevo. Además, Justin había demostrado tanto cambio desde que lo conocía. Recordaba los primeros días en los que se habían encontrado. Tan metódico, duro y sin preocupaciones. En esos días cualquier mujer se hubiera preocupado por una infidelidad. ¿Pero ahora? Ahora no era lo mismo. Su cambio había sido tan drástico. No era el mismo Justin al que todos temían. Era su Justin. Cambiado para mejor, dulce, romántico, lleno de detalles. Un tipo preocupado por los demás y preocupado por sí mismo, pero sobre todo por ella. La quería muchísimo. Podía notarlo. Pero… algo no andaba bien en todo aquello. ¿Qué era? Se hacía esa pregunta desde que se habían mudado a Atlanta. Desde que Justin la había rescatado en Paris, después de pasar dos semanas llenas de adrenalina en Tentation. Y ahora, teniéndolo lejos, podía reflexionar por fin sobre ese pensamiento ¿Qué podía estar saliendo mal? Ella había pedido todo esto. Ese cambio. Ese Justin nuevo. Esos detalles. ¿Por qué ahora se sentía en la necesidad de querer todo lo contrario? Recordar al otro Justin le llenaba de deseo. Quería también esa parte negativa de él, es que ahora mismo es donde se daba cuenta que se había enamorado de todo lo que él le había ofrecido en un primer momento. De lo bueno y de lo malo. Que deseaba ambas partes de la misma manera. Con la misma intensidad. Deseaba ser tratada por ese Justin detallista y romántico, pero a la vez sentir cerca…muy cerca de ella, a ese Justin frío e inescrupuloso. 

¡No! 

Buscó en su agenda telefónica los últimos números que había marcado, encontrando el de Justin primero en la lista. Presionó el botón verde. 

“Deja de pensar tonterías, _____________ Peterson. Tú no quieres a ese Justin de vuelta”… pensó desesperada. Y rogaba en su interior porque Justin contestara su llamada. Pero escuchaba alerta las veces en las que timbraba, sin contestarle. “¿Dónde estás? Te necesito”. Necesitaba una demostración de que era feliz con ese Justin nuevo. No necesitaba más.

“Sí necesitas más”… una voz en su interior le hizo dudar una vez más. Haciéndola cerrar los ojos y luchar contra sus propios pensamientos incorrectos. Intentó llamar a Justin una vez más. Con muchísima esperanza. Tal vez eso solo se debía a que estaba dejando volar su imaginación demasiado alto. Ella no deseaba al antiguo Justin, no deseaba a ningún chico malo… 

Cuando de pronto, la puerta del departamento sonó con insistencia. Dos toques se hicieron fuertes en su cerebro interrumpiéndole los pensamientos. Se levantó de inmediato, dejando las sábanas a un lado y descalza caminó hasta la puerta principal del departamento. 

Abrió lentamente esta, dejando un espacio prudente para observar de quién se trataba. Hasta que al notarlo, la abrió completamente. Sus ojos se abrieron. Y algo en su interior hizo que todo su subconsciente dudara. Su miedo más grande estaba frente a ella. Ahora podía notarlo. Él… tal vez era él lo que había estado anhelando desde un principio. 

- Travis… - susurró.



Sus pómulos estaban hinchados. Su rostro estaba ligeramente deprimido y decaído. Algo había pasado con él. Tenía un brazo apoyado al borde de la puerta y estaba agitado, jadeante. Pero aquellos ojos azules, no dejaban de mirar a ____________ con la misma intensidad. 

- ¿Estás bien? – logró preguntarle ella sin poder ocultar su preocupación. Verlo de esa manera le hacía bajar la guardia. Definitivamente no era el mismo Travis animado que hace unos días estaba parado frente a ella, pidiéndole que le deseara un feliz cumpleaños. 

Este tragó saliva. Subió la mirada encontrándose por primera vez con la de ella. Sus ojos azules hicieron contacto con los de _________________. Azul con ____________(co). Estaba lleno de ira. De furia. Tensó la mandíbula al observarla a ella. Tan indefensa. Tan inocente. Tan llena de miedo y preocupación por él. 

- Travis… respóndeme. – insistió ________________. Su mirada recorrió el semblante de Travis desesperada y a la misma vez observó su cuerpo. Traía unos Jeans sueltos y una camiseta sin mangas, dejando divisar muy bien sus remarcados y tensos músculos. Era… era realmente guapo…guapísimo. Le pidió con la mirada que por favor le dijera qué era lo que tenía, pero seguía sin responderle. Seguía mirándola como una fiera a punto de comerse a su presa. Una angustia tremenda recorrió el cuerpo de ____________. 

Y para su mala suerte, Travis no fue inmune a eso. Sus ojos azules se oscurecieron. 

- ¿Qué ha pasa… - intentó hablarle, pero este se abalanzó hacia ella. Cerró con brusquedad la puerta tras entrar al departamento. Cogió fuertemente las caderas de _______________ con las manos y logró elevarla mientras la movía hasta la pared más cercana. La aplastó sobre ella. _______________ abrió los ojos al sentir el brusco impacto de su cuerpo contra la fría pared. Sobresaltada y sin entender nada, no pudo defenderse. Se dejó hacer por él. Que la miraba ahora como un halcón. ¿Qué demonios le sucedía? _____________ se había quedado sin habla. Su respiración, ahora agitada, llegaba a los oídos de Travis, dándole ventaja. - ¿Qué demonios te pasa? – le reprendió, juntando todas las fuerzas de su voz para poder gritarle. – me estás… me estás haciendo daño… - dijo al notar las manos de Travis apretarle con dureza las caderas. Bajó la mirada. Y Travis también lo hizo. Pero aquello no le interesaba en absoluto. Apretó aún más el cuerpo de ____________ contra la pared. Dejándola sin aliento. Y cuando él supo que ______________ no podría hablar más, ni gritarle, ni decirle cuanto le odiaba o que se largara de ahí, aplastó suavemente sus labios sobre los de ella. 
_________________ abrió los ojos. Perpleja. La intensidad de la sorpresa la hizo quedarse quieta por una milésima larga de segundo y cuando pudo reaccionar, gimió al notar los labios de Travis moverse sobre los suyos con desesperación. Intentó defenderse y sacárselo de encima moviendo los brazos desesperada bajo aquel beso. Movió los brazos bajo los dos, empujándole, pero aquella masa de músculos no se movía ante su tacto. “¡Suéltame!” dijo entre inentendibles gemidos. Su cuerpo seguía defendiéndose, pero algo más allá… más allá de todo lo que podía comprender, parte de ella le exigía que se dejara ir. Cerró los ojos con fuerza y poco a poco sentía como la boca de Travis se iba acomodando a la suya. Y ella lo iba permitiendo. Poco a poco lo sentía más acogedor. Más sincero. ¿Qué hacía Travis ahí, besándole? Entonces, sus brazos cayeron, dejándose hacer por él, dejando que le besara. Que le tocara las caderas, la cintura, la espalda, que su boca se desprendiera con la suya. Derritiéndose ante él en un beso espectacularme bueno y caliente. Y cerró los ojos, ahora suave. Dejándose llevar por sus labios y su hábil lengua. Varios gemidos se escucharon en medio de aquel beso. Sus respiraciones agitadas se juntaron. Aquello se estaba yendo al otro nivel. Y ella no podía evitarlo. Involuntariamente alzó sus manos y enredó sus dedos en las ondas castañas del hombre que tenía al frente. Muy despacio, se atrevió a rozar lentamente sus dedos también por la mandíbula de Travis, justo en donde estaban los moretones recién hechos. Al hacerlo, él se apartó de un tirón.

______________ abrió los ojos. Su sentido común había regresado. ¡Joder! ¿Qué acaba de hacer?
Se tapó los labios sin dejar de mirarlo. Parecía desesperado. Como si estuviera buscando algo. Ahora que lo recordaba, él se había ido de Atlanta sin siquiera haberle avisado a Justin. ¿O no lo había hecho? 

- No tengo tiempo. – dijo por primera vez. Su voz era seria, disciplinada. Caminó, dándole la espalda a ________________ e intentó pensar una vez más, quedándose callado por un tiempo breve. 

- ¿Qué te ha pasado? – logró decir ________________. Ese ere el punto principal de su preocupación. Lo miró aterrada, sin dejar de cubrirse los labios y preguntarse…¿Qué mierda acababa de hacer? Sin embargo sus ojos recorrieron el fenómeno muscular que tenía al frente. Vaya, realmente era guapo… 

- Me han golpeado. – Travis volteó. Mirándole frío. Rencoroso. Ella fijó sus ojos en los hematomas, frunciendo el ceño. 

- ¿Quién? – la voz de ______________ se debilitó ante la pregunta. 

- No tienes por qué saberlo. – Travis se relamió los labios. Y algo muy dentro de ___________ se estremeció al saber que sus labios habían estado ahí también. – pero ha sido por ti. 

Ella abrió los ojos. ¿Qué? ¿Se trataba de Justin? ¿Él le había hecho eso?

- He estado en Atlanta durante bastante tiempo. – confesó. _____________frunció el ceño. ¿De qué se trataba todo esto? – Y mentí al decirle a Justin a celebrar mi cumpleaños. – hizo una mueca de dolor al pasar sus dedos por su mandíbula hinchada. - Yo nunca lo celebro. – levantó la mirada y observó a ______________ sin entender nada. Pero aquella inocencia le fascinaba tanto. Joder, podía follarse toda esa maldita dulzura en cualquier momento. – voy a ser claro contigo ______________. Porque sé que al final de la noche vas a terminar aceptando. – miró fijamente sus labios y al hacerlo, muchos pensamientos sucios se le pasaron la cabeza… que bonita boca tenía. 

_______________ tragó saliva. Sus piernas temblaron. Por un momento sintió desesperación por Justin. ¿Por qué no le había contestado la llamada? ¿Estaba bien? ¿Tenía que ver con Travis y sus golpes recién hechos? Mierda…

- Tentation te quiere de vuelta. – dijo mirándola a los ojos. – están organizando uno de los robos más grande esta vez en Brasil. Y te quieren a ti para gran parte del proceso.



¿Tentation? Oh no… no Tentation, no otra vez. Por un momento la imagen de Justin y los padres de este se le vinieron a la cabeza. Tantos secretos. Todo lo que le había contado la otra vez era tan fuerte. No podía sentir más que repugnancia por todo eso. “Tentation” maldita mafia. Jodida mierda. ______________ apretó los ojos, fuerte… mucha adrenalina acompañaba ese nombre. 

- ¿Te das cuenta de lo que eso significa _______________? Nunca antes ha sucedido esto con nadie. Eres buena. Aplicada. Ellos lo saben y te quieren de vuelta.

- No. – la voz de _______________ se hizo más fuerte. Abrió los ojos y miró a Travis decidida. – Lo siento, no voy a hacerlo. 

Travis cerró los ojos. Irritado. 

- Van a pagarte. – le dijo tensando los músculos y abriendo sus ojos esta vez más grande. Unos ojos azules preciosos. 

- No estoy interesada, lo sien…

- Eres buena en esta mierda _______________. 
Aprendiste en dos semanas todo lo que a mí y a Justin nos tomó años. 

- Yo… - ______________ intentó articular palabra. Un fragmento de tantos recuerdos en Tentation se le vinieron a la mente presentándose en escenas como una película. Demonios… no… no podía… – no puedo… - dijo una vez más. 

- ¿Haces esto por Justin? 

_______________ tragó saliva. 

- Lo hago por mí y por él. 

- Vaya… así que ya sabes lo de Tentation y sus padres… - Travis alzó las cejas. Jamás pensó que Justin llegaría a confiar tanto en alguien como para contarle semejante cosa. 

- No pienso regresar. 

Y él suspiró. Caminando esta vez menos irritado por todo el departamento. De los bolsillos de sus Jeans sacó un cigarrillo, lo colocó entre sus labios y lo apretó mientras llenaba de fuego la última parte con su pequeño encendedor. Aspiró humo. 

- Eres tan terca, Peterson. 


El humo se desprendió por todo el ambiente.

- Estoy aquí para llevarte de vuelta a Tentation… ¿me has visto? – señaló con su dedo índice su pómulo hinchado, el derecho. – me han dado una buena paliza por no llevarte de vuelta todavía. 

_____________ volvió a tragar saliva. Joder, le habían pegado por ella…

- No voy a irme hasta que aceptes, nena. 

- Pierdes tu tiempo, por favor, hay muchas personas mejores que yo. 

- Estoy aquí por ti, me importa una mierda las demás personas.

- Pues deberías empezar a considerarlas, porque no voy a ir ninguna parte.

Travis sonrío. Dejó escapar humor por la boca y la miró una vez más. Deseoso. ______________... 
________________... Que deliciosamente terca era. 

- Me gustas Peterson. Pero creo que eso ya lo sabes muy bien. – la miró de pies a cabeza. Memorizando cada parte de su cuerpo y hundiendo en su interior cada imagen. – no sabes cuánto me irrita saber que Justin tiene todo esto para él solo. – sus ojos se la comieron deseosamente, llegando a la última parte de su estómago, a su vientre. Mirándole ese punto prohibido. Su maldita mirada era tan poderosa. Podías elevarte con ella y caer en un precipicio que solo él conocía. 

- Vete, por favor. 

- Si te follo ahora mismo…¿vendrías conmigo? – preguntó sin antes pensar, con una sonrisa pervertida y maliciosa en los labios. 

_______________ abrió los ojos. ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?

- Lárgate ahora mismo. – le dijo irritada. Maldición.
Ella había dado el hincapié para que ahora Travis le esté proponiendo eso. Se había dejado besar. 
Pero este no pareció escuchar sus palabras. Fumó tranquilo. Aspirando con paciencia. Su mente se llenó de imágenes sucias sobre él y ella en la cama. La deseaba tanto. No era un secreto que debía ocultar. Y pronto quería realizar sus fantasías más íntimas con ella. ¿Por qué iba a negarlo? Moría por hacerla probar cosas ridículamente tentadoras. Él era una tentación. Lo había sido siempre. Y ahora, con esa mirada, iba hacer que ella regresara a Tentation. 

- Lo extrañas Peterson. – tiró el cigarrillo al suelo, ya consumido, lo presionó con la punta de su zapato. - Lo sé. Todos lo hacemos. Mírame…no pude estar ni un mes separado de toda esa mierda que tanto me gusta. – le sonrío. Una sonrisa lasciva y llena de maldad que solo Travis Maslow podía emitir. - Pensé estar en Tentation solo unas semanas más, pero aquí me vez… todavía no puedo separarme de esa mafia de mierda. 

______________ bajó la mirada. Quería decirle un par de cosas más. Pero aquello que le había dicho Travis le había hecho pensar. Tal vez… tal vez sí tenía razón… tal vez parte de ella, una parte oscura y sombría sí lo deseaba… 

- Extrañas esa adrenalina. Ese poder. Extrañas estar al control. No me digas que no, Peterson, porque lo estoy viendo en tus ojos ahora mismo. - ___________ escuchó atenta. Maldita sea. Cada sentimiento narrado… podía sentirlo. Sí. Sí. Sí. Lo sentía. Su necesidad por tener el control todavía seguía ahí. Y estaba reviviendo ahora con las palabras de Peterson. – sé que mueres por sentirte dueña del universo una vez más. Y puedes hacerlo Peterson. Solo debes aceptar…y volverás a tener el control en tus manos. 

¡No! vamos… no caigas de nuevo…

- Sé que deseas tanto como yo intimidar a las personas con un arma. Eres buena en esto. – enarcó una ceja. Su perfecto semblante se torció de una manera divertida. Mirándola sin discreción. Pronto sintió como la respiración de ___________ se agitaba ante su mirada. Sí, empezaba a funcionar. - Tendrás dinero… - susurró. Lentamente alzó su mano derecha y estiró los dedos para rozarlos sobre la mejilla de _____________. - tendrás todo lo que quieras…

- Basta, por favor. – rogó ella, sintiéndose en la obligación. Su cuerpo se erizó. El tacto de Travis era el tacto del diablo. Podía con ella. Con toda su resistencia.

- Tú perteneces a esto __________________. Tú eres Tentation.

“Tú eres Tentation”

No… no… ¿Y Justin? ¿Qué pasaba con todo lo que le había contado? No podía hacerle esto… no podía traicionarle más de lo que ya le había traicionado besando a Travis. 

- Eres como yo. – le dijo una vez más. 
Manipulándola con la mirada y la caricia de sus dedos en su rostro. Poco a poco fue adueñándose de sus pensamientos. De su propia voluntad. Cuando pudo fijarse, tenía a _____________ rendida ante sus dedos que se movían en torno a su cuello. 
Caminó a pasos lentos hacia _______________. Un poco más. Sus respiraciones volvieron a tocarse. Y solo podía ver a una _____________ llena de miedo e indefensa que caía poco a poco a sus pies. Que comía de la maldita manzana prohibida que él le había ofrecido y que pronto ella acabaría. Disfrutó de su suave piel que rozaba bajo sus dedos. Un gruñido ronco se apoderó de su garganta. Estaba excitado y pensó que jamás lo había estado tanto. ¿Por qué no la había follado de una vez? ¿Qué demonios esperaba? Su erección crecía y él no era un hombre de esperar a nadie. 

- Suéltame… - una palabra indefensa salió de los labios de _____________. Una palabra que quedó tendida en el aire. Sin significado. Sin importancia. 
Y Travis volvió a besarle en los labios. Otra vez apoderándose de esa mujer. Jugaba con su voluntad como si fuera la suya. La manejaba. La tenía. La poseía. Introdujo su lengua con dureza en toda la boca de ____________ y al sentir que ella lo apartaba una vez más, cogió con fuerza sus caderas y bajó sus manos hasta tocar su trasero. Su delicioso trasero. 
Las débiles manos de ______________ trataron de apartarle. Pero era muy tarde. Tenía al fuego desenvolviéndose en frente de ella. Lo sentía quemar y prenderse junto a su cuerpo. Sí, Travis era el diablo en persona. 

- Eres como yo _______________. – le dijo una vez más. Ella cerró los ojos. Y estaba perdida. De pronto lo estaba. No tenía noción de las cosas. Ni de lo correcto o lo incorrecto. O tal vez sí, tal vez sí lo sabía con exactitud, pero placenteramente había preferido hundirse en lo incorrecto… - ven conmigo a Tentation y volverás a sentir lo mismo que sentiste la primera vez. - Y sus palabras tenían magia. Magia de la mala. Una brujería tan mala y placentera. Podía sentir la combinación. Y cerró los ojos. Dejando que la tocara. Solo pudo ser partícipe de como él movía su boca sobre la suya. Besándosela con fuerza y rudeza. 



“Detente ______________... Detente” 

Sintió la agitada respiración de Travis entre sus senos ahora mismo. Hizo la cabeza para atrás al notar que le besaba el cuello desesperadamente, susurrándole continuamente que le fascinaba cada centímetro de su cuerpo, que quería volverla suya, hacerle el amor de miles de maneras… que moría porque se corriera en su boca. Mientras la tocaba expertamente. Sin dejarla quejarse. Pero no lo haría. Colocó ambas manos bajo los muslos de ______________ y la levantó, guiándola hasta el diván más cercano. El más grande. Y todo pasaba tan rápido. Sin tiempo a pensar. Sin tiempo a meditar. Y él la tumbó sobre el diván y se acomodó sobre ella. Sin dejar de saborear sus senos. Sin dejar de saborearla a ella. 

El poder de sus ojos le hacía desear lo bueno que era ser malo. Desear hacer el mal, tanto como él lo hacía. Y sabía que la estaba envolviendo en ello. Que la estaba volviendo loca con sus palabras y sus toques. 
Sonrió al observar cómo ______________ se derretía entre sus manos. Ya no había nada que la detuviera. Estaba perdida, desorientada, indefensa, y en los brazos del peligro. Era suya. Y sus manos se perdieron en todo su maravilloso cuerpo, y no se detendría hasta el final. 

+++

Mientras tanto; dentro de la habitación de _______________, sin que nadie pudiera escuchar, el móvil de ella sonaba con insistencia enterrado entre las sábanas. Justin le devolvía las llamadas desde hace ya un buen tiempo en el que ella había estado entretenida. Pero eso, ya no tenía importancia…



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