Siento su respiración caliente y acogedora sobre la mía. Ahora soy yo quien se inclina y le besa los labios, pero esta vez no me abstengo de hacer el beso más largo y profundo. Intenso. Ella mueve sus labios sobre los míos lentamente y yo le sigo el paso y más… hasta morder uno de ellos y estirárselo.
__________________ sonríe. Se ve preciosa. Esto es precioso… esto es lo mejor que me ha pasado en la vida y por fin puedo darme cuenta. Pero no es tarde, no… claro que no lo es, todavía puedo demostrárselo.
Después de observar su preciosa sonrisa, mis manos se encargan de tocarle la espalda lentamente pero a la vez intercediendo en partes que ya extrañaba tocar. Lento, llegan hasta sus caderas y segundos después de ubican en ambos muslos, cargándola y colocando ambas piernas en ambos lados de mi cuerpo. ___________________ me aprieta el cuello y nuestras bocas se unen más intensamente. Intento respirar… pero sinceramente eso es lo que menos me importa en ese momento, tengo a la mujer de mi vida en mis brazos y solo estoy pensando en hacerle el amor.
Abro los ojos y la veo con los suyos cerrados y moviendo sus labios desesperada ante los míos. Comiéndome la boca completamente gustosa. La imagen me caliente. Por Dios. Esto es demasiado para cualquier hombre. Además, el sonido de su respiración entrecortada y sus jadeos suaves me hacen tensar. Estoy excitado. Y solo ella puede ponerme tanto.
Me abraza aún más fuerte el cuello y ambos pechos tocan mi torso. Algo en mí se impulsa a que deje de besarla y baje la cabeza en dirección a esa imagen que tanto deseo ver. Mi garganta se seca al acurrucarme entre el olor de su piel. Toco su cuello con ambos labios y se lo beso suavemente, dejando pequeños sonidos al terminar. ___________________ sonríe al principio, pero aquellas sonrisas terminan convertidas en gemidos que me aturden y solo aumentan el nivel de mi erección. Entonces levanto la mirada y por fin puedo ubicar sus ojos, están ardiendo, casi iguales pero no tanto como los míos. Es poderosa y definitivamente puedo conmigo. Por unos segundos nos quedamos petrificados, mirándonos el uno al otro… es un momento largo, delicioso… tan sensual… y ella lo concluye. Aprieta mi cuello con sus manos y me besa la boca una vez más. Un gemido grave sale de mi garganta sin que yo lo haya previsto. ________________ sonríe, sabes que estoy tan excitado como una bestia y le gusta la idea de tenerme en sus manos. Conozco tan bien a esta mujer. Me pone… me tiene duro… y lo sabe tan bien… entonces es mi turno, camino a pasos rápido hasta ubicar el borde de su cama y la tumbo sobre ella.
Mis ojos se centran en ____________________. En esa mujer que está riendo en medio de esa pequeña cama. Y es preciosa. Y también tengo ganas de hacérselo, pero también tengo ganas de observarla ahí… riéndose… y estando feliz… estando feliz conmigo. Pero… ¿por qué no puedo hacer ambas?
Me mojo los labios y puedo observar de reojo como __________________ sigue el camino de mi lengua sobre mis labios cuando lo hago. Me pone tan duro saber que lo hace. Pero desisto, todavía no es el momento.
Entonces mi dedos desenredan sus converse, una por una y sin dejar de mirar a __________________, que parece más bien una niña juguetona. Sonrío sin saber por qué y retiro ambas converse de sus pies.
Continuó con ambas medias hasta dejarla sin nada. Mis manos saltan y acarician sus piernas desde el borde sus tobillos, subiendo suave y acariciando profundo. Y es el recorrido más exquisito que he hecho en toda mi vida. Trago saliva al observar su vientre plano moverse debido a su respiración agitada. Desabrocho sus pantalones y bajo la cremallera con sumo cuidado y delicadeza. Y es en ese momento donde un frío abraza mi corazón, me hace cerrar los ojos con fuera pero ___________________ no puede notarlo. Y ni siquiera sé por qué motivo me estoy sintiendo así al mirar su vientre. O tal vez sí… tal vez sí sé perfectamente que me sucede. Estiro los labios y beso su vientre una y otra vez, acariciándolo con la punta de mi nariz y produciéndole gemidos largos y graves.
La desnudo completamente. Primero sus pantalones y después la blusa que traía puesta. La miro desde mi ángulo… joder… no puedo evitar morderme un labio al verla. Tiene el cabello alborotado y las mejillas coloradas. Algo dentro de mí se derrite.
- Ven. – me llama y estira su brazo derecho, descubriendo sus pechos. Trago saliva.
Al escucharla, asiento desesperado y me quito la camiseta rápidamente.
- Quiero desnudarte yo. – me dice y sus ojos dulces miran los míos. Se sienta sobre la cama y camina de rodillas hasta el borde ella, encontrándome. Me quedo sin aliento. Es una Diosa y es toda para mí. Endurezco la mandíbula al sentir sus manos sobre mi pecho ahora desnudo. El tacto de sus dedos es maravilloso. Bajo la mirada y la observo tocarme y a la misma vez, diviso sus senos redondos moverse al mismo tiempo que ella mueve sus manos. – también te amo. – me responde y sus dedos siguen un camino celestial hasta mi cuello, enredándolo y alcanzando mis labios. – te amé desde la primera vez que te vi. – suavemente me besa, abriendo la boca lo suficiente como para dar paso a mi lengua húmeda que esperaba la suya con ansias. Sus palabras resuenan en mi cabeza al sentir que me está besando. Y… Dios… la quiero tanto. Mientras lo hace, puedo escucharla susurra varias palabras. Pero estoy perdido… anonadado, en mi paraíso, en mi mundo junto a ella.
- Eres mía. – susurro y me despego de sus labios para poder respirar. No sé por qué he dicho lo que he dicho, pero __________________ sonríe y enreda sus dedos en mi cabello.
- Tuya.
- Solo mía. – vuelvo a decir.
____________________ me mira enternecida, pero algo en su mirada cambia de tonalidad y se asemeja a la mía.
- ¿Sabes? – acaricia mi pecho de arriba hacia abajo, mientras sus senos se mueven en conjunto. Esto es malditamente excitante. – tengo hambre. – levanta la mirada y mis ojos se abren.
- ¿De qué? – pregunto con inocencia.
- De ti. – se muerde un labio y no puedo evitar tragar saliva. Mis músculos se tensan. Pero cuando ella pone sus manos sobre mis caderas, es cuando todo mi cuerpo se debilita y se queda completamente indefenso. Bajo la mirada… ¿va a hacer lo que estoy pensando? Joder, los pensamientos que estoy teniendo no son dignos de nada. Estoy duro… demasiado como para poder pensar en algo razonable. Y _________________ contribuye a mis fantasías cuando sus dedos desabrochan mis pantalones y bajan la cremallera de estos con sumo cuidado. Dios… la imagen me pone muchísimo. Quiero detenerla y follarle esa boquita con la que pronto va a follarme a mí. El pensamiento me aturde y mi erección crece rotundamente dentro de mis pantalones hasta hacerme daño. La siento palpitar fuerte, así que aprieto ambos puños para abstenerme de cualquier impulso mientras ___________________ hace lo suyo.
Segundos después, siento mis pantalones caer. Tengo los ojos cerrados y puedo percibir el tibio aliento de ______________________ sobre mis (LA VE). De pronto también puedo sentir sus labios ahí. Besándome y enloqueciéndome más. Cierro los ojos con fuerza. Me he quedado en bóxer y no sé cuánto tiempo pueda aguantar estar con ellos, teniendo a _______________ al frente de mí. Y sus dedos tocan los bordes de mi bóxer, los estira y baja lentamente, produciéndome inmensas ganas de ser yo quién acabe con eso. El tacto de la tela del bóxer me excita, estoy siendo vulnerable ante cualquier toque… pero solo quiero el suyo… apretándome y teniéndome como tanto le gusta. Entonces estoy desnudo frente a ella. Clavo la mirada en sus ojos, que arropan los míos con la misma intensidad.
- ¿Qué vas a hacer? – logro preguntar. – porque te juro que no puedo aguantar mucho contigo al frente. – bajo una de mis manos e intento advertirle sobre lo que pienso hacer.
- Hey. – me dice y entrelaza su mano con la mía. Quiero gritar. – déjame a mí. – me sonríe. Nuestros dedos se entrelazan como pieza perdida en un rompecabezas y al hacer contacto volvemos a mirarnos. Es tan sublime que no puedo evitar sonreír. En medio de tanta lujuria, solo ella podría hacerme soltar una sonrisa. – voy a encargarme de esto. – dice una vez más y suelta mi mano.
Me doy cuenta que no debo interferir más. La dejo y cierro los ojos para poder sentir cada sensación al máximo. Mi cuerpo se tensa una vez más… y cuando siento que no puede ser mejor, ___________________ me besa el glande con delicadeza. Está duro y ella acaba de sentirlo.
- Mnh… - murmura pero no puedo observar su rostro al hacerlo. Estoy tan tenso y desesperado que podría desfallecer en cualquier momento. – relájate. – me susurra.
Intento de verdad hacerlo… pero no puedo, sinceramente no puedo. Vuelvo a tensarme y esta vez decido colocar ambas manos entre su cabello y enredar mis dedos ahí. Siento mover su cabeza y al hacerlo son varios los segundos en los que me quedo sin aire. Abro la boca en una perfecta “o” y un gemido grande y grueso sale de mi garganta.
___________________ está succionando con fuerza y el impacto me ha hecho querer gritar.
- Oh… Dios, nena… - gimo aturdido. Cierro una vez más los ojos e intento respirar.
___________________ vuelve a apretarme fuerte y a succionar utilizando su deliciosa lengua. La enreda entre mi polla y juega con ella totalmente gustosa. - ¡Dios! – grito una vez más. Entonces abro los ojos y la miro moverse debajo de mí con rapidez. Sacando y metiendo mi polla rápidamente. Aprieto su cabeza y la apoyo con el movimiento, arqueando las caderas y entregándole más. - ¡Sí! – grito desesperado. Todo mi cuerpo está vulnerable y solo me provoca gritar, gritar y gritar. Quiero soltarlo todo. Quiero entregárselo todo. – sigue… - digo con los dientes apretados y con la voz grave. Y ___________________ no se detiene. Lo hace aún más rápido. Su boca se mueve arropando mi polla con delicadeza. Estoy a punto de caer por su rapidez. Sabe tan bien qué punto tocar. Estoy tan duro… estoy perdido… tan perdido… todo mi cuerpo se tensa al sentir la proximidad del orgasmo. Voy a correrme en su boca. Sí… voy a correrme en su preciosa boca. Ella también lo sabe. Nos miramos en medio del acto y sus ojos lujuriosos y encendidos me conceden el beneficio de la duda. Y sé que no tiene ningún problema. ____________________ es capaz de hacer las locuras más grandes conmigo y eso solo hace que me enamore más de ella. Es única… es perfecta.
Entonces cierro los ojos… mi cuerpo se desprende y toda la excitación, adrenalina y amor se unen en un solo momento. Me estoy corriendo en su boca.
Hago la cabeza para atrás y suelto un respingo largo y abrazador. ________________ se relame los labios y mientras lo hace empujo su cuerpo sobre la cama. Sigo desesperado. Aún después de haberme corrido siento la necesidad de meterme en su cuerpo.
___________________ está tendida y puedo observar en la comisura de sus labios los restos de mi orgasmo. Verla lamiéndose me excita de una manera descomunal. Me acuesto sobre ella sin aplastarla y acaricio su entrada con la punta de mi erección.
__________________ sube sus dedos hasta mi espalda, la toca, la acaricia, hunde sus dedos en ella y termina posicionando ambas manos sobre mis hombros.
- ¿Por qué te quiero tanto? – pregunto al observarla debajo de mí. Mis labios se unen y le besan lento.
Debajo mi erección ha crecido un poco más.
- ¿Por qué te quiero tanto yo a ti? –responde en otra pregunta y baja sus dedos desde mi espalda hasta mi culo. Llega hasta mis nalgas y las acaricia sin temor. Sonrío ante lo que está haciendo y ante lo que acababa de decirme. Me doy cuenta de que me fascina que me lo diga siempre.
Sus piernas se entrelazan en mi cintura y eso me da paso a conseguir una mejor posición para poder meterme en su cuerpo. Bajo la mirada y parte de mí quiere que ________________ también observe esto. Mi erección se clava en su húmeda entrada.
- Ábrelas más. – le indico y ________________ estira un poco más ambas piernas a ambos costados. – así… - relamo mis labios al observar hacia abajo. La escena empapa mis ojos de lujuria.
- ¿Más? – pregunta inocente y aquello me excita mucho más. Niego con la cabeza y me inclino para pasar mi lengua por sus pechos. La punta de estos se encienden al sentir la humedad de mi tacto sobre ellos. Sus pezones están erectos. Muerdo uno de ellos y la siento retorcerse bajo mi cuerpo.
- Eres preciosa. – muerdo y estiro.
_____________________ arquea el cuerpo, gimiendo desesperada. – eres preciosa… - vuelvo a decirle y es que verdaderamente lo es. Me quedo embelesado al mirarla. Se lo podría decir todos los días de mi vida y nunca me cansaría. – quiero que mires esto. – le digo. – quiero que quede en tu memoria para toda la vida. - ____________________ asiente, todavía aturdida y tal vez sin entender a lo que me refiero. – mira, gatita. Obsérvalo todo. – le digo segundos antes de introducirme en su cuerpo. Al hacerlo, ____________________ arquea las caderas, sugiriéndome más.
Penetro con delicadeza al principio, entrando suave y saliendo a la misma velocidad. Mi erección siente el apretón y siento que deseo uno más… y otro y otro… así que vuelvo a meterme en ella suave, dejándola respirar y gemir con tranquilidad. Pero en la tercera embestida hago que todo se vuelva más salvaje. La follo con fuerza, apretando sus muslos contra mis caderas. _____________________ grita desesperada y apoya la cabeza hacia atrás. Sus ojos se cierran al estirar el cuello y yo aprovecho en mordérselo.
- Mira. – vuelvo a pedirle con los dientes apretados. Mis caderas se mueven. Saliendo y entrando de ella con suma rapidez. – quiero que lo veas todo, ______________________. – le digo grave. Ella asiente pero todavía sigue sin poder responderme del todo. – Dios… - gimo y saco mi polla de su interior para arroparla con mis manos. ___________________ gruñe en desacuerdo y baja por fin la mirada. La mía también está en la misma dirección. Ambos estamos viendo lo mismo y no hay nada más excitante que esto.
Aprieto mi polla con ambas manos y la mueve sobre la entrada de ____________________. Rozándola en todo su monte de Venus y llegando a tocarle el clítoris. La mueve lento, dejando huella con cada gemido que ella va dando. Su boca se abre, necesito oírla gritar, y sé que lo que está a punto de ver la va a hacer perder el control.
Introduzco mi erección en ella, soltándola de a pocos, pero esta vez completamente en ella. Cada centímetro se introduce, cada centímetro va desapareciendo de mis manos y se va posicionando en ________________________. Cada centímetro la está follando totalmente esta vez. Elevo mis ojos hacia los de ella, la veo abrir la boca aún más y gritar alto y duro. Sus ojos se humedecen al mirar lo mismo que yo. Está aguantando tanto tenerme en mi totalidad en todo su cuerpo. La veo retorcerse a la misma vez que me aprieta la espalda. Así que antes de que pueda hacerla correr en ese momento, me retiro de su cuerpo para poder repetir el proceso una vez más.
_______________________ grita mi nombre, aliviada. Pero todavía tengo más para ti, gatita.
Vuelvo a penetrarla totalmente. Toda mi polla dura se ha introducido en sus entrañas y sus uñas se han impregnado en mi espalda. Me rasguña. Me rasguña fuerte. Está enloquecida. Está perdida por mí y eso me encanta. Suavemente le beso la frente y solo al hacerlo, puedo escuchar un sollozo proveniente de ella. Abro los ojos y me detengo en seco.
- ¿Estás bien? – pregunto aturdido por la preocupación. Joder… no puede ser que no me haya dado cuenta que está llorando. Cuando puedo mirarla, su rostro está cubierto por dos lágrimas que le cubren ambas mejillas. Son recientes. - ¿te he hecho daño? – trago saliva. Por Dios… soy una bestia.
- No. – niega con la cabeza y me acaricia la espalda. La siento arder. – pero creo que yo sí a ti. – me mira inocente y a la vez arrepentida. Se restriega la nariz y me sonríe.
- Está bien, no me duele. – miento. - ¿por qué llorabas? – frunzo el ceño.
- Porque estoy contigo. – sonríe y sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas. Me mira enternecida. Solo en ese momento me doy cuenta de que no ha sido tan fácil llegar a esto. Llegar a estar haciendo el amor. Llegar a perdonarnos. Llegar a ser como antes.
- No llores por eso. – susurro. Sus labios ahora
están humedecidos por el camino que sus lágrimas han recorrido.
- Es que pensé que jamás podría… podría decirte sobre Elisabeth.
Me mira. Su nombre me eriza la piel.
- ¿Te arrepientes?
- Nunca lo haría.
Asiento con la cabeza y nos quedamos callados por varios segundos.
- Yo tampoco. – susurro. – eres… - me quedo callado. Otra vez estos nervios hijos de puta. Es que con ella jamás voy a perderlos. – eres lo mejor… que me ha pasado. – me aclaro la garganta y sé que está sonriendo. – a pesar de todo, nunca dejé de pensar en ti lo suficiente como para creer que regresarías. – tocar este tema me hiere tanto a mí como a ella, pero prometo que es la última vez. – y siempre supe que jamás te olvidaría.
Porque te vi. Te sentí. Te toqué. Y todo al mismo tiempo me hizo saber que esto duraría siempre. Que ni siquiera nosotros mismos, tan tontos y confundidos a veces, podríamos con lo que acabábamos de construir. ¿Me equivoco, gatita? Me enamoré de ti sabiendo que era prohibido y hoy, sabiendo que puedo escoger otro camino con alguien más, si te atreves a preguntármelo, te respondería de la misma manera hoy, mañana y siempre: te escogería a ti una y mil veces otra vez.
- Quiero conocerla. – susurro. Los ojos de __________________ vuelven a humedecerse por mi causa. Nuestras manos vuelven a enlazarse bajo nuestros cuerpos. – llévame a conocer a Elisabeth.
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta !!
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