“Discutes sin razón
quieres llevar el control
en tus manos no, no, no voy a bailar
Me haces sentir mal, luego yo pido perdón
siendo tú siempre la culpable de la situación”
Oh vaya, aquella canción mezclada con la parte electrónica de otra le hacían recordar mucho a ella. A pesar de haber ido con Travis, se sentía muy solo. Desgraciadamente, muchas parejas se extendían al frente y alrededor suyo. Muchas hasta pasaban la línea de besos.
Justin endureció los pómulos. La vista le molestaba. ¿Por qué no podía ser él y ____________ acariciándose en esa pista de baile? La idea le gustaba mucho, pero detestaba el hecho de estar enfadado con ella. No le había hablado desde que había entrado a tomar una ducha. No esperaba ser él quien pidiera “perdón” esta vez.
La canción seguía, y penetraba se corazón llenándolo de razones para pensar en ella. ¿Acaso todas las canciones se pondrían a recitarle su situación?
“No soy tu esclavo
solo sé que yo te amo, no me trates como un perro
me quitaré solo el sombrero…
¿y mis manos que harán?
Si tu piel me hace falta”
Travis bailaba a su lado, siguiendo la música y haciendo pequeños pasos acordes a ella. Totalmente relajado, su típica faceta. Traía unos jeans sueltos y una camiseta negra pegada al cuerpo. Casi asemejándose a la pinta de Justin, solo que este, traía una chaqueta de cuero negra. Le quedaba espectacular. Pero eso, podían comprobarlo las chicas de aquel pub, que no habían dejado de mirarlos desde que ambos habían llegado ahí.
De pronto, la canción que le hacía recordar tanto a _______________ se vio desvanecida por algún efecto utilizado por el DJ. Solo quedó el eco de esta, pero poco a poco, fue interviniendo una nueva. Por lo visto, las personas pudieron reconocer cual y muchísimos gritos se escucharon.
La canción empezó en la segunda estrofa. “Don’t you worry child” hacía saltar y cantar a gritos a toda la multitud.
Justin soltó un suspiro. A su lado, Travis le hizo una señal indicándole que iría por otro trago. Justin asintió, verdaderamente, poco le interesaba estar en esa fiesta, y mucho menos, lo que Travis hiciera en ella. Tenía muchas ganas de perderlo de vista e irse de nuevo a casa para arreglar las cosas con __________________. O mejor dicho, que ella le pidiera perdón, era lo que esperaba.
La canción seguía. La multitud seguía bailando. Y él, seguía inmerso en sus pensamientos. Ligeramente celoso. ¿Cuándo acabaría esto? Sus ojos se oscurecieron. ¿Era posible que un problema de ese tipo le bajara todos los ánimos? Parecía que sí, todo lo que _____________ podía provocarle era tan fuerte y a la vez sensible. Su corazón dio un vuelvo cuando subió la mirada y observó a una mujer vestida con un mini-vestido ceñido al cuerpo, plateado y con unas piedritas resplandecientes, cabello suelto y despeinado salvajemente. Unos tacones altos. Negros y de punta fina. El rostro ligeramente maquillado a su gusto.
Don’t you worry child seguía sonando. A punto de llegar al coro.
- ¿Bailas? - ____________ estiró su mano hacia él. Justin, aún perplejo, accedió sin decir nada. Ambas manos se juntaron. Ambas pieles. Ambos tactos. Que delicioso podía ser.
La mano de _____________ lo jaló hasta el centro de la pista de baile, metiéndose poco a poco entre tanta gente.
Don’t you worry child seguía narrando su letra.
- ¿Qué…qué haces aquí? – logró preguntar Justin. Aún sin moverse. ___________ empezó a dar pequeños pasos suaves siguiendo la música. Aquella vista hizo que Justin se estremeciera. Sus ganas por hacerle el amor seguían intactas y subían como la espuma. No dudaría ni se molestaría en preguntar a la gente si podía hacérselo en medio de la pista de baile. La idea le excitó.
- Estás guapísimo. – le sonrío ella. Acercó su delicado cuerpo hacia el de Justin. Pegándose a él. Justin tragó saliva. – oh… - susurró ella al sentir las manos de este tocarle las caderas. Apretárselas en un acto de celos. Subió la mirada para encontrarse con la de Justin. Ambos, sin hablar, solo tuvieron aliento para mirarse. Ambos cuerpos ardían. ¿Algún día acabaría aquella pasión que sentían siempre? La piel de _______________ se había erizado completamente, mientras el cuerpo de Justin se tensaba cada vez más. Su erección creció, chocando con el vientre de ella. Ambas piernas se entrelazaron también en medio de tanta gente. _______________ no tuvo más opción que posicionar sus brazos sobre los hombros de Justin. – me gusta esta canción… - murmuró ahora mirándola la boca. Húmeda. Deseaba tanto comérsela. Sus labios eran preciosos.
- ¿Por qué estás aquí? – dijo conservando el falso desdén.
- Porque te amo y te debo una disculpa. - ______________ se inclinó un poco. Hizo que sus narices rozaran las de Justin con ternura. Este cerró los ojos.
El coro de Don’t You Worry Child se abrió entre toda la gente que empezó a saltar enérgica.
- ¿Me amas? – Justin sonrió. Sintió los labios de _____________ casi rozar los suyos. Su aliento caliente abrazaba el suyo. Amaba esta sensación.
- Muchísimo. – le afirmó ella. Volvieron a rozar sus narices.
El corazón de Justin se llenó. Era lo que necesita. Más que una simple disculpa, necesita escucharla decir que lo amaba. Como él lo hacía cada vez más intensamente.
No pudo contenerse más. La multitud alrededor ayudó a que sus bocas se juntaran con dificultad, uniéndolas en un beso húmedo y delicioso. Colmando las emociones de ambos. El preciso momento de la música ayudó mucho. Apretó las caderas de ______________ y las bajó sin precaución hacia su bonito cu.lo. Un gemido lento salió de los labios de ella en medio del beso. Justin sonrío. Tocó un poco más, acariciando y meciendo sus manos por su cuerpo.
Su erección creció mucho más. La excitación se paseaba por su cuerpo. Quería meterse en ella de improviso. Quería llenarla. Satisfacerla. Complacerla. ¿Por qué en la ducha se había hecho el difícil? Ya ni siquiera podía recordarlo. Oh… no podía con esto. Algo en sus pantalones palpitaba, al igual que su corazón.
_____________ se apartó de él ligeramente.
- Dímelo. – le pidió. Justin entendió, sin siquiera recibir explicaciones, su mensaje. También necesitaba decírselo. Era necesario. Era justo como se sentía. Con ella, había aprendido a no guardarse las emociones. – dilo Justin…
Justin tragó saliva. Podían pasar años, pero nunca dejaría de ser un reto.
- Te amo. – dijo sin perderse un segundo de la mirada de ______________. – como no… - le besó los labios. – tienes una puta idea.
***
Salieron tomados de la mano. Afuera todavía podía escucharse los estruendos de la música de la discoteca muy en alto.
Justin había perdido de vista a Travis desde hace un par de horas, justo cuando _____________ había llegado, y se lo imaginó tal vez liándose a alguna chica mientras tanto. La idea le tranquilizaba de alguna manera, al menos notaba que él no había cambiado para nada y que se mantendría alejado de ________________ entonces. Sonrió mientras caminaba con ella a su costado.
- ¿Qué? – preguntó ella, dando pasos rápidos y colocándose delante de él. Caminando en reversa.
- Estás muy caliente esta noche. – sonrió, sin mostrar los dientes, esa sonrisa tan ardiente y sensual que solía colocar muy inesperadas veces. ____________ sintió como todo su pequeño cuerpo se ponía alerta.
- Eso me han dicho.
Justin frunció el ceño. ¿Qué?
- ¿Quién? – alzó una ceja y detuvo el paso.
- Estoy bromeando. – ella puso los ojos en blanco y soltó la mano de Justin, dejándola en el aire, y apresurándose a caminar.
- No me gustan esas bromas. – le reprendió Justin. Aunque en el fondo, reía. La vio caminar en frente suyo, directo al Mustang estacionado en el último lugar. Su viejo auto, parecía aún más estrepitoso y longevo con ______________ al costado. Tan propia. Tan modelo de auto nuevo. Vaya, de verdad estaba preciosa esa noche. Sus ojos brillaban por el farol encendido en la otra calle. Su sonrisa estaba radiante. Quizá esos eran los efectos de la reconciliación. Aunque él, estaba pensando en una segunda parte. Una reconciliación más intensa. Quizá, ellos dos… en el auto, ahora mismo… tragó saliva. El pensamiento le hizo calentarse más. – oye. – le llamó. __________ se dio vuelta, su largo cabello se giró al mismo tiempo.
- ¿Sí? – le preguntó inocente. Aunque algo le hacía interpretar la mirada de Justin. Tan oscura. Tan deseosa. Oh, le gustaba.
- Conozco un lugar cerca de aquí.
- Un lugar... ¿Cómo qué? – alzó una ceja y sostuvo el peso de su cuerpo en su mano derecha, aplastada en la parte delantera del Mustang. Justin relamió sus labios. Su brillante saliva quedó plasmada en su boca. Que jo.dida tentación.
- No voy a decirte.
- Entonces no iré. – cruzó sus brazos. Apretando sus senos. ¡Mierda! Podía entonces notar cuan excitado estaba sin antes haberla tocado. Era suficiente con mirarla.
- Te gustará, vamos, confía. – caminó rápidamente hacia ella, colocándose justo en frente de sus ojos. Una mirada realmente intensa y ardiente pasó entre ellos. Vaya. Ahora lo entendían, eran pura tentación. La boca de _______________ se hizo prácticamente agua. Soltó un respiro ahogado, dando a notar sus ganas de jadear por lo cerca que tenía a Justin, y este sonrió.
- ¿A dónde piensas que voy a llevarte? – le preguntó. Y bajó la mirada, divisando con descaro sus senos.
- ¡Justin! – le reclamó ella, notándolo y golpeándole el torso con las manos, ligeramente ruborizada.
- ¿Piensas que voy a llevarte a un hotel? - _____________ tragó saliva. Oh, sí, tal vez eso estaba pensando. – Mnh… - murmuró. Mojó sus labios una vez más, esta vez con suavidad y detenimiento. La mirada de ella tembló por unos segundos, desvaneciéndose ante la imagen. Maldita perfecta lengua.
- Vámonos a casa. – le dijo ella con desinterés.
- Pero enserio… - continuó Justin. – quiero llevarte a un lugar antes, y creo que va a gustarte. – una sonrisa le adornó el rostro. Una sonrisa angelical. De niño travieso. De niño inmaduro y juguetón. Una que hizo que ____________ terminara por derretirse.
Su corazón dio latidos rápidos. Oh vaya, nunca dejaría de sentirse así con Justin. A pesar de los meses -y estaba que segura- que de los años, la magia nunca acabaría. Su estómago parpadeaba. Se quedó inmóvil. Observando sus bonitos ojos marrones mirándola, cuando este, la interrumpió de su concentración cargándola sobre un hombro. Un grito fuerte se escuchó de parte de ella.
- ¡Bájame ahora mismo! – le ordenó. Pero era demasiado tarde. Justin paseaba tranquilamente por las calles de Atlanta con ella al hombro, silbando una canción. Podía reconocerla, era “Hero/Heroine” de Boys Like Girls. Muy acople al momento. - ¡bájame! – volvió a exigirle. Dando pequeñas palmeadas a la gran espalda de su novio. Pero este parecía ignorarla. – Justin. – intentó hablarle, pero él seguía silbando fuerte, y paraba a veces, para reírse de ella.
La gente alrededor observaba con ternura. Algunos hasta podían aprovechar la bonita vista que Justin proporcionaba del trasero de ___________________. Pero podía notarse el ambiente, lleno de amor, de bromas, y de cosas que él… jamás había hecho por nadie.
Varias mujeres suspiraron alrededor de la calle por la que Justin pasaba muy fresco. Eso por un lado, tranquilizó a __________________, al menos tenía la satisfacción de saber que ellas podían notar que Justin era suyo. Já, eso era realmente bueno. Sonrió para sí misma.
- ¿Qué vas a hacer conmigo? – le preguntó ella, sacando una bandera blanca, dándose por vencida .No podía con ese hombre.
- Lo mismo me pregunto yo. ¿Qué vas a hacer conmigo ____________ Peterson? – la pregunta hizo que _________________ sintiera muchas ganas de besarlo en ese mismo instante. Entendía el mensaje concretamente y lo que había querido decir. Su estómago se llenó de ternura. Y su corazón iba a explotar. – me excita mucho esta vista. – le susurró solo para que ella pudiera escuchar. Al mismo tiempo sonrío. Una sonrisa caliente y a la vez traviesa. Entonces todo lo tierno, había pasado mágicamente a algo provocador y tenso.
_______________ sonrió por lo bajo. Su ligera molestia había cesado. Y lo dejó pasar. Dejó que caminara con ella en brazos hasta su desconocido destino. Se preguntó ¿A dónde sería que la llevaría? Le intrigaba ciertamente. Mientras Justin caminaba, ella podía seguir observando su alrededor, más edificios se abrían a su paso, algunos completamente apagados y otros con algunas luces encendidas en varias ventanas. Varias tiendas de comida y finalmente un puesto en una casa con buen estado. Un letrero en la parte superior, grande y encendido con luces azules: “Touché”
Sus ojos se iluminaron al leer el resto del letrero publicitario. Al parecer, un centro de tatuajes. ¡Jo.der, sí! su corazón dio un vuelco y su mente se envolvió en escenas de aquella vez, cuando habían hecho el amor en el Mustang de Justin, donde había contado por primera vez los tatuajes de este.
Este la dejó bajarse, colocándola de nuevo sobre el suelo. _____________ se tambaleó un poco y abrió los labios en una sonrisa grande.
- Sabía que te gustaría.
***
La aguja le había intimidado bastante. Había sido un dolor soportable, pero inimaginable. Ni en sus más variados sueños habría pensado que de verdad sentiría dolor al hacerse un tatuaje. Aun iba dolorida. Y con un “infinito” de aproximadamente cuatro centímetros en su muñeca. ¡Y mañana tenía trabajo! Cielos, no había pensado en ello, ¿pero qué podría decirle el señor McCain sobre su acelerada decisión de marcar su cuerpo de por vida?
- ¿A quién llamas? – preguntó __________________. Debajo de las sábanas y sobre Justin. Besó suavemente su pecho y dejó reposar su mano “tatuada” sobre el torso de este.
- A Travis. – frunció el ceño. ______________ trató de entender… ¿Qué era lo que le molestaba? – es tarde, su teléfono ni siquiera suena y sabes que es capaz de meterse en cualquier problema.
Como tú.
La voz interior de ________________ habló por si sola. Oh… recordaba aquellos tiempos, donde ella era la única que podía dominar a ese Justin sin control que ocasionaba problemas a medida que ponía un pie.
Entonces… ¿lo extrañaba? ¿De verdad extrañaba a ese Justin estúpido, impulsivo, controlador y salvaje? No podía entenderse.
- Seguro está bien. – añadió ella. Enterrando sus pensamientos. Una vez más volvió a aplastar sus labios sobre el pecho desnudo de su novio. Este le sonrió al sentir el tacto tibio. Que celestial. Abajo podían tocarse. Sus piernas estaban entrelazadas, sus caderas y vientres juntos, sus estómagos tocándose y los pechos de _________________ aplastados sobre el torso de Justin.
- Sí, ¿por qué me preocupo? – alzó los brazos. – además… - sus manos calientes subieron por la espalda desnuda de ________________. Tocándosela con el suave rozar de sus dedos. Ella quiso cerrar los ojos. Deseaba sentir esa sensación aún más intensamente. Su piel se erizó por completo. Oh… la magia pasaba por su espalda. – no es justo de mi parte pensar en Travis cuando estás aquí, desnuda y conmigo.
______________ tragó saliva.
- Creo que ya he pensado lo suficiente por él. – dice sin preocupaciones. Pero sus manos si se preocupaban por mantenerla entretenida. Ahora, habían cruzado la línea entre su espalda y su trasero. Subiendo y bajando los dedos con mucho tacto. – te ha quedado bien. – le sonrió. ______________ trató de concentrare de nuevo, ¿a qué se refería? – siempre dije que un tatuaje asentaría contigo, gatita.
Ella observó su tatuaje. Verdaderamente así era. Su piel permanecía hinchada, y le habían explicado que así sería por un par de días más hasta que la tinta se enterrase en su piel para siempre.
- Tú tienes más. – acarició lentamente la corona mediana que Justin poseía en el pecho.
- Larga historia.
- ¿Cuándo voy a saberla?
- Es que… no es importante, son tonterías del pasado, ahora no importa si las cuento o no.
____________ frunció el ceño.
- ¿Qué me ocultas? – ambas miradas se cruzaron. _______________ pudo sentir la erección de Justin crecer debajo de ella. Mierda, estaba desnudos, la sensación era aturdidora. No la dejaba pensar con tranquilidad y concentrarse en la respuesta de Justin. ¿Podría resistirse? Trató de no pensar en eso.
- ¿Yo? – Justin alzó una ceja.
- Ajá. – se mordió un labio. La erección creció. ____________ tragó saliva de inmediato.
- ¿Qué podría estar ocultándote?
- Tal vez la historia de tus tatuajes.
Justin bajó la mirada. ¿Acaso había dado en el punto?
- Son tonterías, créeme, la historia te aburrirá y te quedarás dormida preciosa. – le acarició el cabello y se inclinó para besarle los labios. Un beso rápido, pero que pudo transmitir varias cosas. – además, tengo ganas de otra cosa. – Justin arqueó las caderas, acercando su erección aún más al vientre de ella.
Los ojos de ______________ se nublaron por completo. ¡Resiste!
- Quieres decir… ¿Qué no confías en mí? – cambio de tema por completo. A Justin pareció fatigarle.
- Confío. Nunca he confiado tanto en alguien como en ti.
- ¿Entonces?
- Vale…¿enserio quieres saber? – le preguntó enarcando una ceja, ni poco ni muy interesado en contestarle. La respuesta tal vez le traería mucha nostalgia, historias del pasado, problemas, mierda… mucha mierda.
____________ asintió, tímida.
- Lo hice por mis padres.
Ella abrió los ojos, esperando un tipo de explicación más placentera, pero Justin se quedó callado. ¡Los padres de Justin! Nunca antes habían hablado sobre el tema.
- ¿Qué pasó con ellos? – susurró ________________. Quiso tal vez no hacer aquella pregunta, pero su interés ganó su razonamiento.
- Están vivos, si a eso te refieres.
Uf.
- No, quiero decir… ¿ellos te pidieron que te hicieran esos tatuajes?
Justin sonrió y soltó aire por la boca moviendo sus labios al hacerlo. Sus padres, un tema que no le gustaba tocar con nadie. Un tema prohibido. Personal. Pasado. Solo había una persona que sabía de ellos, y ahora mismo, estaba descansando junto a otras almas… aun no sabía exactamente si arriba o… abajo, donde ambos merecían estar. Ryan.
Y solo había otra persona en el mundo con la que se atrevería a tocar el tema. Aquella que lo miraba con los ojos muy abiertos en ese mismo instante.
- Lo hice por un acto… ¿de rebeldía? No sé cómo llamarle. – negó con la cabeza mientras encontraba la palabra correcta. – mi madre odia los tatuajes, y quise hacerme unos cuantos solo para entretenerla.
______________ lo miró sin entender. La madre de Justin. Su…¿suegra tal vez? Por Dios, cuanto habría tenido que pasar esa mujer para criar a Justin, con lo difícil que era para ella a veces estar calmada con él.
- ¿Le diste la contra?
- No quiero hablar de esto, de verdad.
- ¿Por qué te incomoda tanto? - preguntó ella con timidez, en un tono nada exigente, sino más bien consolador. Sintió las manos de Justin subir por entre su espalda, erizando cada centímetro de su piel en el movimiento. Trató de mantener el control.
- Era lo único que podía hacer para darle la contra en algo. Y… no creo que te guste saber a qué me refiero con eso.
- Quiero saberlo, tiene que ver contigo, y me importa cada cosa.
Justin soltó una sonrisa pequeña. Nunca antes le habían dicho algo parecido. Vale, sería breve. Al menos por ella.
- Mnh… - lo pensó encontrando las palabras. – mis padres son un tanto complicados __________________, tienen mucho dinero ahora y por eso creen ser los dueños del mundo. Cuando estuve con ellos, planearon hacer lo mismo conmigo, manejarme a su jo.dida manera y retenerme de muchas cosas. Pero lo lograron, lograron meterme en su maldito mundo de mier.da.
La mente de _______________ se detuvo. Nada tenía sentido. ¿Por qué demonios Justin está… o estuvo en Tentation-haciendo los servicios que hacía- si sus padres eran adinerados? Intentó juntar el rompecabezas, pero no podía encontrar la pieza clave para terminarlo.
- Quieres decir que… ¿estuviste en Tentation solo para darles la contra?
Justin soltó una risa grande.
- Tentation es de mis padres _______________.
Ellos manejan la base central en un país que no me es permitido decirte. Estuve en esa mier.da por ellos, porque cuando surgió no tenían dinero y no les quedó más que empezar a robar bancos con un grupo pequeño de personas que también querían aclarar sus deudas financiares, y me unieron, sin importar que solo tenía catorce jo.didos años. – frunció el ceño. El recuerdo le mortificaba muchísimo. - Y funcionó, el primer banco fue un éxito, lo mismo sucedió con los siguientes diez en diferentes partes del mundo. Fueron uniendo a más personas, a más familias necesitadas de dinero y endeudadas hasta el cuello. La familia Butler y la familia Maslow. - ____________ entreabrió los labios. Oh, Dios, las familias de Ryan y Travis también. – Ellos crecieron conmigo en el mismo mundo. Siendo niños como yo. – tragó saliva. Malditos recuerdos. - La familia de Chaz se unió luego. Hasta entonces yo ya era un maldito experto en todo el asunto. Volviéndome mejor y peor a la vez. – soltó una risa llena de sarcasmo, melancolía, y mucho… mucho rencor acumulado. – y mis padres no hicieron nada para detenerme.
______________ abrió los labios ligeramente. Su garganta se había entumecido. Quería llorar fuerte. Cada palabra que Justin había narrado, había ocupado su mente en distintas escenas llenas de horror. Siempre había confiado que Justin no era un ladrón por simple naturaleza o hazaña del destino, sino que tenía una historia, justo como lo estaba afirmando ahora. La noticia no dejaba de sorprenderle. Y deseaba preguntarle tantas cosas. Y es que había mucho que no cuadraba. Si Tentation era de su familia, ¿por qué habrían querido asesinarlo?
- Sin embargo, también hay muchas personas que me odian dentro de toda esa mierda. – susurró, mirando el horizonte, respondiendo mágicamente a sus preguntas no formuladas.
“Muchas personas que me odian”…
La frase erizó la piel de ____________ y enfrió a la misma vez su corazón. Miró a Justin. Lucía tan jo.dido de hablar sobre este tema. Sus ojos estaban caídos pero a la vez esperanzados por ser valiente y no decaer ante los recuerdos. Era un hombre fuerte, y a pesar de su corta edad, había tenido que pasar por tantas cosas que no querría mencionárselas a nadie. Robar desde una temprana edad, hacerse adicto al maldito dinero y querer robar más y más, lo habían hecho volverse duro, frío, controlador e impulsivo desde que había salido de la niñez… no había sido fácil salir de ese mundo. Sin embargo, la solución a todos sus problemas lo miraba con ojos húmedos y estaba desnuda sobre él.
La idea le hizo sonreír. Mucha razón tenían cuando decían que después de una estruendosa y frenética tormenta, llegaba la calma y el arcoíris cursi, colorido y de cuentos, aparecía. Aunque él, definitivamente, había obtenido algo mejor.
No quiso sentimentalizar el ambiente. Sabía que _____________ se pondría a llorar en cualquier momento por su inesperada confesión. La conocía. Podía ver sus bonitos ojos brillar y su mandíbula moverse graciosamente. Que ternura más grande. Parte de ello hacía desearla más y más. Oh, ahora que lo recordaba, tenía su erección chocando contra su vientre. Quiso hacérselo saber y movió un poco las caderas para tocar su monte de Venus más profundamente.
- No llores nena. Eso ya ha pasado, ahora estoy aquí, soy diferente… es lo que importa. – la acercó a su boca y se la besó suavemente. Moviendo sus labios bajo ella. – quiero hacerte el amor ______________. Olvidémonos de esto. – ella asintió, aun aturdida, pero lo suficientemente consiente. – como podrás ver, eres todo lo que tengo ahora. – le sonrió y sentó, sin mucho esfuerzo, el débil cuerpo de _______________ sobre su estómago. Ella abrió las piernas, acomodándolas a ambos lados. Tocó el torso desnudo de Justin. Inclinándose para darle un pequeño beso de nuevo. Su corazón latía con fuerza. Quería llorar. Por él. Porque antes de esto no sabía nada. Nada de su historia. Quería llorar por el abuso que habían tenido con él. Por haberlo metido a ese mundo. Por haberlo explotado de esa manera. Quería llorar por esa maldita historia, que aunque él no quisiera aceptar, le dolía muchísimo. Podía notarlo en su mirada. Ahora cambiada. Llena de rencor. Pero con una esperanza prendida. Su esperanza. Ella.
Soltó un suspiro y compartió una mirada de consuelo con él.
Hizo un leve movimiento de caderas e hizo que la erección de Justin se hundiera en ella lentamente. Llenándose. Llenándolo. Llenando varios vacíos de un corazón que había sido roto y explotado a una corta edad.
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